Un tribunal local condenó este miércoles a pagar una multa al gigante nipón de la publicidad Dentsu por su responsabilidad en el suicido de una empleada que trabajó muchas más horas extras de las permitidas por la normativa laboral.
El Tribunal de Distrito de Tokio ha multado con 500.000 yenes (unos 3.780 euros) a la empresa por obligar a trabajar más horas de las permitidas a la empleada, quien se suicidó en 2015, además de al menos a otros tres trabajadores, informó la agencia NHK.
A esta multa se suma la compensación que la compañía ha pagado a la familia de la fallecida, por una cifra que no ha trascendido, y las disculpas públicas que pidió el presidente de la empresa, Toshihiro Yamamoto.
La fallecida, de 24 años, llegó a trabajar hasta 105 horas extra al mes, aunque los registros de la compañía mostraban un cómputo dentro del límite legal.
La familia había denunciado que la compañía forzó a la empleada a anotarse menos horas de las trabajadas en realidad.
La legislación laboral japonesa establece que las jornadas de trabajo no deben superar las 40 horas semanales, aunque permite que se trabajen horas extra siempre que haya un acuerdo previo entre empleador y trabajador.
No obstante, la normativa señala que los empleados no deben trabajar más de 80 horas suplementarias al mes (anteriormente el límite se situaba en 100 horas), y contempla medidas de control y sanciones para las empresas que superen este techo.
La sentencia se hizo pública un día después de que la cadena estatal NHK admitiera que la muerte de una periodista en 2013 se debió también a sus largas jornadas laborales y la falta de descanso, en lo que supone un nuevo caso de muerte por exceso de trabajo en Japón.
La autoridad laboral de Tokio estableció en mayo de 2014 que Miwa Sado, que trabajaba en las oficinas de la NHK en esa capital, llevó a cabo 159 horas extras y libró solo dos días en el mes previo a su muerte como resultado de una "insuficiencia cardiaca congestiva", relató un comunicado de la cadena pública.
El Gobierno japonés aprobó en 2015 una ley para frenar la epidemia del exceso de trabajo, aunque la falta de rigor al registrar las horas extraordinarias por parte de las empresas, y la disponibilidad de los empleados a alargar sus jornadas para recibir bonificaciones, dificulta el control sobre esta práctica.