El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha enfadado a grupos cristianos y a la poderosa Iglesia católica del país debido a unas polémicas declaraciones en las se refirió a Dios como un "estúpido".
"Recientes afirmaciones sobre la fe en Dios y las enseñanzas de la Biblia han provocado confusión, tristeza y enfado entre nuestros fieles", afirmó este viernes el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, Romulo Valles, en un comunicado. Esta misma semana, el obispo católico Arturo Bastes calificó al presidente de "loco" e instó a los filipinos a orar por el fin de las "expresiones blasfemas y tendencias dictatoriales" de Duterte.
No es la primera vez que el presidente arremete contra la Iglesia católica. A principios del año pasado dijo que los obispos eran "hijos de puta" por criticar la violencia desatada por su campaña antidrogas. Esta misma semana, el obispo católico Arturo Bastes calificó al presidente de "loco" e instó a los filipinos a orar por el fin de las "expresiones blasfemas y tendencias dictatoriales" de Duterte.
"No me disculparé por eso ni en un millón de años", aseguró anoche desde Bohol el presidente filipino, quien ha defendido que "su Dios es diferente". Ante la cascada de reacciones provocadas por las controvertidas palabras de Duterte, Valles llamó hoy a los católicos de Filipinas -en torno al 86 por ciento de la población del país- a "amar y proteger su fe" y "reflexionar sobre sus creencias de larga data".
"Dejen que la paz gobierne en nuestros corazones a pesar de todo. Si tenemos esto en nuestros corazones, amaremos y respetaremos a los demás", apuntó el arzobispo de Davao en su mensaje, que tiene un tono más conciliador que el de otros obispos.
Sin embargo, en una carta a los sacerdotes que se ha hecho pública esta semana, el arzobispo de Manila, el cardenal Luis Antonio Tagle, les instó a permanecer tranquilos y "no distraerse de otras preocupaciones apremiantes", como el aumento de los precios, la seguridad laboral, la difícil situación de los trabajadores filipinos en el extranjero o la violencia en las comunidades.
A pesar de la negativa de Duterte a disculparse, el presidente ordenó esta semana a su gabinete la formación de un comité para sostener un diálogo con los obispos filipinos, aunque todavía no se ha programado ningún encuentro. Ese comité está formado por su portavoz, Harry Roque; el ministro de Exteriores, Ernesto Abella, y el activista político Pastor "Boy" Saycon, quien estos días ha llegado a insinuar que la Iglesia tiene un plan para desestabilizar el gobierno de Duterte.