Un total de 180 familias que fueron separadas por la guerra de Corea podrán reunirse este lunes en Corea del Norte por un breve periodo de tiempo después de 65 años sin verse, una reunión que se produce gracias al acuerdo entre las dos Coreas después de una de las peores crisis nucleares con Pyonyang de los últimos años.
Las reuniones entre los familiares separados por la guerra, las primeras que se producen en más de tres años, tendrán lugar en un resort turístico del monte Kumgang, en Corea del Norte, tal y como acordaron el líder del régimen norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente surcoreano, Moon Jae In, durante su cumbre bilateral celebrada en abril.
Las familias separadas son las víctimas del conflicto entre las dos Coreas, que ha durado décadas y que en los últimos años ha escalado a medida que Pyonyang aumentaba el desarrollo de su armamento nuclear.
Más de 57.000 supervivientes de la guerra se han inscrito para poder reunirse durante 11 horas con sus familiares, unas reuniones que suelen verse marcadas por despedidas muy dolorosas, ya que muchos de ellos desconocen cuando podrán volver a verse.
"Tengo más de 90 años así que no sé cuando voy a morir. Estoy muy contenta de haber sido seleccionada ahora", ha contado Moon Hyun Sook, de 91 años, un día antes de reunirse con sus hermanas menores.
Durante las últimas tres décadas, más de 132.000 surcoreanos que esperaban reunirse con sus parientes del Norte se inscribieron en un registro administrado por el Ministerio de Unificación y la Cruz Roja.
De ellos, casi 3.800 murieron de viejos el pasado año mientras aguardaban una oportunidad para el reencuentro. La última reunión de las familias separadas tuvo lugar en octubre de 2015.
Los familiares surcoreanos han llegado este domingo a la ciudad costera de Sokcho, donde han sido informados por los funcionarios surcoreanos sobre cómo se llevarán a cabo las reuniones y han recibido una revisión médica antes de cruzar la frontera este lunes.
Acto seguido, una flota de autobuses los trasladarán hasta la zona desmilitarizada y de ahí se dirigirán hasta el monte Geumgangsan o Monte de Diamantes, una zona balnearia. Los surcoreanos se alojarán en uno de los hoteles y durante tres días, del 20 al 22 de agosto, podrán estar con sus parientes, contarles cómo han sido los últimos años y comunicar quién aún está vivo y quien ha fallecido.
Los encuentros entre los familiares del Norte y del Sur -en los períodos de mejora de las relaciones entre ambos países- se organizan desde mediados de los años ochenta con la ayuda de la Cruz Roja. Este año, el participante de mayor edad en el encuentro tiene 101 años.
Durante años, Corea del Sur ha estado haciendo llamamientos para que se llevasen a cabo reuniones regulares entre las familias separadas, pero este tipo de programas han presentado muchas dificultades debido a la frágil relación que mantiene con su vecino en el norte.