Un exembajador y alto funcionario japonés mató a su hijo, de 44 años, por temor a que su comportamiento lo llevara a "dañar a otros" como en el reciente ataque con cuchillos que dejó 2 muertos y otros 17 heridos, la mayoría colegialas.
Hideaki Kumazawa, de 76 años, fue detenido el 1 de junio por apuñalar repetidamente a su hijo Eiichiro en la casa que compartían.
Kumazawa, ex alto cargo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Gestión Forestal y exembajador en la República Checa, explicó a los investigadores que actuó movido por el miedo tras conocer que el ataque de Kawasaki, al sur de Toki, fue cometido por un hombre con tendencia al aislamiento social que después del ataque se suicidó.
"Pensaba que mi hijo podría dañar a otros", explicó el japonés, según citaron este lunes fuentes de la investigación a la agencia local Kyodo. Eiichiro "tendía a estar alejado de la vida social y mostraba un comportamiento violento" hacia sus padres, con los que actualmente convivía, relató el exfuncionario, según dichas fuentes.
Padre e hijo habían tenido una discusión horas antes del suceso, porque Eiichiro se había enfadado por el ruido procedente de una competición deportiva organizada en un colegio de primaria cercano.
El suceso se produjo el sábado pasado y fue el propio Kumazawa quien llamó a la policía. La víctima fue hallada tendida en la cama con más de una decena de puñaladas en el tórax y el abdomen.
La policía halló en la vivienda una nota supuestamente escrita por el progenitor en la que relataba sus intenciones.
Eiichiro había estado viviendo solo en la capital nipona durante más de 10 años, pero a finales de mayo se había trasladado, por iniciativa propia, a la casa de sus padres, situada en el barrio de Nerima, en el oeste de Tokio.