"Dejad nuestra región, porque Irán y los países de la zona somos capaces de asegurar la seguridad del lugar". Con estas palabras, Irán ha pedido a las potencias extranjeras que se retiren del golfo Pérsico. La tensión entre la república musulmana y las potencias internacionales va creciendo con nuevos incidentes desde que el presidente de EEUU, Donald Trump se retirara del tratado nuclear hace poco más de un año.
Trump rompe el tratado
El Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) fue el acuerdo al que se llegó en 2015 para regular el programa nuclear de Irán. Firmaron el documento China, EEUU, Rusia, Francia y Reino Unido (miembros del Consejo Permanente de Seguridad de la ONU), además de Alemania, la Unión Europea e Irán.
Por este tratado, Irán se comprometía a eliminar parte de sus reservas de uranio enriquecido, así como reducir sus centrifugadoras de gas; sólo podría enriquecer uranio hasta 3,67% y tampoco construir nuevos reactores nucleares. Para vigilar que se mantuvieran los compromisos, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA) podría acceder a las instalaciones nucleares iraníes.
A cambio, Irán sería liberado de las sanciones económicas por parte de los demás países del acuerdo. Sin embargo, en mayo de 2018, el presidente de EEUU, Donald Trump, se retiró del tratado y volvió a imponer sanciones económicas al país del Golfo. El mandatario tomó esta decisión en contra de lo que le habían aconsejado desde la UE y la ONU, pero animado por Israel, que cree que Irán tiene un programa nuclear secreto.
Irán enriquece uranio
En el mes de mayo, Irán anunció una retirada parcial del acuerdo y empezó a enriquecer uranio por encima de los niveles pactados. El pasado domingo 7 de julio venció el plazo de 60 días que Irán había dado al resto de los países firmantes para que retiraran las sanciones económicas.
Ese mismo día, el presidente israelí, Benjamin Netanyahu, hizo un llamado a los países europeos firmantes a que incrementaran las sanciones. Desde Israel piensan que el único objetivo de Irán es llegar a la bomba atómica y que se han de tomar medidas para evitarlo.
Por su parte, Irán ha anunciado que cada 60 días se retirará de nuevos puntos del tratado nuclear. Los países europeos firmantes, Reino Unido, Francia y Alemania, están especialmente preocupados y demandan a Irán que vuelva a lo acordado.
Interceptación y bloqueo de buques
La escalada de tensión sigue. En junio, EEUU acusó a Irán de un ataque a dos petroleros en aguas de Omán y, una semana después, los Guardianes de la Revolución derribaron un dron estadounidense que había entrado en espacio aéreo iraní, aunque los americanos defienden que estaba en espacio aéreo internacional.
En estas dos últimas semanas, el Reino Unido se ha visto protagonista del conflicto iraní. Fuerzas del orden británicas interceptaron un petrolero iraní en aguas de Gibraltar y ya han detenido a cuatro de sus tripulantes. Al parecer, fueron advertidos por EEUU y alegaron que transportaba crudo a Siria violando las sanciones de la UE a este país. Irán exigió que se liberara el carguero y amenazó con que Reino Unido tendría que afrontar las "consecuencias".
El último capítulo lo protagonizó el buque "The British Heritage" que fue supuestamente bloqueado en el estrecho de Ormuz por varias embarcaciones iraníes. Una fragata británica que iba de escolta se interpuso entre ambos y llegó a apuntar con los cañones, aunque no disparó, hasta que los barcos emprendieron la retirada. Irán niega que haya interceptado ninguna embarcación internacional.
La república iraní pide a las potencias extranjeras que se retiren. Donald Trump ya ha dejado su postura clara mientras las miradas se vuelven hacia Reino Unido, donde algunos piensan que EEUU les arrastra hacia "aguas peligrosas" en su relación con Irán.