El principio de "un país, dos sistemas" definido en la declaración sino-británica de 1984 por el cual Hong Kong debe gozar hasta 2047 de una serie de derechos democráticos cuestionados en China se desbanece. La sombra de Pekín, canalizada a través de la nueva reforma electoral, ha dado un nuevo paso en pro de patriotismo y en contra de la voz de opositores y disidentes.
Desde este viernes rige la obligatoriedad de realizar un juramento de lealtad a la Región Administrativa Especial de Hong Kong, tanto para cargos electos como para candidatos que quieran participar en las elecciones de la ciudad semiautónoma.
La nueva normativa, según el Ejecutivo hongkonés, "introduce el requisito de prestar juramento a los miembros de los Consejos de Distrito, especifica los requisitos, mejora los mecanismos para abordar la ruptura de juramentos e introduce las restricciones para la participación en elecciones".
"Asegura que los cargos electos entienden sus responsabilidades constitucionales, y garantiza que solo una persona que cumple con el requisito fundamental de 'defender la Ley Básica [la mini-Constitución de la ciudad] y jurar fidelidad a Hong Kong' puede ocupar un cargo público", reza el texto.
Este mecanismo está estipulado en el artículo 6 se la polémica Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong que Pekín redactó e impuso el pasado año, a raíz de las movilizaciones antigubernamentales que tomaron las calles de la excolonia británica durante la segunda mitad de 2019.
Esta ley estipula penas de hasta cadena perpetua para supuestos de secesión, terrorismo o confabulación con fuerzas extranjeras, aunque no ha sido el único paso que China ha dado sobre la región semiautónoma. El pasado mes de marzo, durante su reunión anual, el Legislativo dio luz verde a una reforma del sistema electoral hongkonés que permitirá una mayor presencia y control de Pekín en las instituciones al tiempo que dificultará las opciones de la oposición de hacerse con cargos públicos.
Gobierno pro-Pekín
Además, como no podía ser de otra forma, cuenta con todo el apoyo del Ejecutivo de Hong Kong. La jefa, Carrie Lam, elogió el pasado mes de marzo esta reforma electoral: "La decisión es oportuna, necesaria, legal, constitucional", dijo, avalando que e trataba de una "mejoras" del sistema electoral que no está "diseñadas para favorecer a nadie, sino para que cualquier persona que dirija Hong Kong sea un patriota".
La nueva normativa busca sin ambages restringir los mecanismos democráticos establecidos en la ciudad semiautónoma para favorecer el gobierno de los sectores pro-Pekín. Así, por ejemplo, eliminará los 117 puestos de consejeros de distrito en el comité de 1.200 miembros encargado de elegir al jefe del Ejecutivo hongkonés, que, no obstante, ha de ser previamente sancionado por Pekín.
En septiembre de 2019, en el contexto de las protestas antigubernamentales, el bando prodemocrático hongkonés barrió en los comicios a consejeros de distrito, en los que se hizo con 388 de los 452 puestos disponibles.
La antigua norma garantizaría una amplia representación entre esos 117 puestos hasta ahora reservados para este sector en la elección del máximo cargo de la excolonia británica, pero la Asamblea Nacional Popular ha encontrado las fórmulas para complicar el acceso al poder de la oposición.
Para el diario nacionalista Global Times se trata de rellenar "vacíos legales" del sistema electoral de Hong Kong, como en el caso de la Comisión Electoral, de cuyos miembros apunta que "muchos de ellos carecen de formación legal" y no pueden adaptarse al nuevo principio anunciado ahora por el cual "solo los patriotas gobiernan Hong Kong".