La Policía de Tailandia cargó este sábado con balas de goma y gases lacrimógenos sobre unos mil manifestantes en Bangkok que protestaban contra el Gobierno, en medio de un fuerte malestar social por la gestión de la pandemia.
Un centenar de agentes desplegados desde la mañana intentaron evitar en todo momento la protesta convocada en el centro de la capital que pedía la dimisión del primer ministro, Prayut Chan-Ocha.
Los manifestantes jugaron al ratón y al gato con los agentes de seguridad que fueron bloqueando calles y plazas, y desalojaron por la fuerza los alrededores del Monumento a la Democracia, escenario de múltiples protestas en Bangkok.
En un principio, la idea era que la manifestación acabara en el Gran Palacio Real pero por la fuerte presencia policial cambió su recorrido hacia la Casa del Gobierno, sede del jefe del Ejecutivo, donde tampoco logró llegar.
El movimiento Free Youth, que convocó la protesta, fue uno de los grupos de estudiantes que durante todo el año pasado retaron en las calles al Gobierno con la petición de reformas democráticas, incluida la de la monarquía.
Desde hace semanas, se han celebrado en Bangkok varias protestas en contra del Gobierno por la manera en la que se ha gestionado el actual brote de Covid-19, que está teniendo un gran impacto en la economía.
Las imágenes en las redes sociales muestran cómo algunos manifestantes fueron heridos por la fuerza utilizada por los policías que cargaron con pelotas de goma, gases lacrimógenos y cañones de agua.
Cifras récord de contagios
Tailandia registró este sábado una cifra récord de casi 22.000 contagios de la Covid-19 y 212 muertes.
El rebrote, vinculado a la variante delta del virus, ha llevado al gobierno tailandés a imponer en Bangkok y otras 28 provincias el toque de queda nocturno, la limitación de reuniones a cinco personas y el cierre de restaurantes, centros comerciales y otros establecimientos.
Los hospitales de la capital, epicentro de la actual ola, se encuentran al borde del colapso con camas habilitadas en los aparcamientos y, en algunos centros, hasta en contenedores de mercancías modificados como espacios para tratar a pacientes.
La crisis sanitaria además se ve afectada por el lento avance de la campaña de vacunación, que no logra coger un ritmo constante en la administración de las vacunas por la falta de suministro.
Este viernes, un tribunal de Bangkok suspendió la orden aprobada por el Gobierno la semana pasada que castigaba con hasta dos años de cárcel la difusión de informaciones sobre la pandemia que generaran miedo entre la población, lo que se interpretó como un intento de silenciar las críticas.