Si Tsai Ing-wen es hoy presidenta de Taiwán es gracias a su promesa de defender a toda costa la soberanía de una isla que China reclama como suya. Una convicción de la que hizo alarde el martes ante la presidenta del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a quien agradeció su "apoyo" incondicional a pesar de las amenazas de Pekín.
Nacida a las afueras de Taipéi, Ing-wen es la menor de 11 hermanos e hija de un empresario a quien se encargó de cuidar durante su adolescencia, según explicó en una entrevista en 2015 en la revista Time. Hoy tiene 66 años, una voz suave y el reto de evitar que Xi Jinping ataque Taiwán durante su mandato.
Este arrancó en 2016, cuando se convirtió en la primera mujer al frente de la isla que, según aseguró al jurar el cargo, "nunca caerá bajo dominio chino" mientras siga conservando su separación de poderes, su democracia y su Constitución. Así, en este tiempo la líder taiwanesa se ha erigido como la gran protectora de la independencia de Taiwán.
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De los libros a la política
Su carrera política despegó en 2004, cuando se unió al Parlamento como legisladora del Partido Progresista Democrático (DPP). En 2012 se presentó a la alcaldía de Nueva Taipéi y perdió. Un fracaso que volvió a experimentar en 2012, cuando se postuló a la presidencia y volvió a perder.
No se rindió y en dos ocasiones (fue reelegida en 2020) el pueblo taiwanés ha votado seguir el camino que ofrece Ing-wen y que se distancia del de su predecesor, Ma Ying Jeou, del partido rival Kuomintang, que durante en sus años en el poder optó por acercarse económicamente a China.
La líder taiwanesa se opone a la fórmula de "un país, dos sistemas" que China utiliza con Hong Kong
"Siguiendo la voluntad del pueblo taiwanés, trabajaremos para mantener el statu quo de paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán para brindar los mayores beneficios y bienestar al pueblo taiwanés", dijo tras su reelección. Unas palabras que ahora ha repetido durante la visita de Pelosi al país que tanto ha irritado a China.
En este sentido, la líder taiwanesa se opone totalmente al principio de "un país, dos sistemas", la fórmula que se utiliza en Hong Kong y que Pekín ha planteado para Taiwán. Una doctrina que permite al régimen chino interferir en el desarrollo político y social.
Antes de alcanzar la presidencia de la isla, Ing-wen se dedicó a la docencia. Estudió derecho en la Universidad Nacional de su país y en la Universidad de Cornell en Nueva York. Posteriormente, se doctoró en la London School of Economics donde, ha repetido en numerosas ocasiones, descubrió su vocación política y su espíritu combativo.
Fue, de hecho, una de las voces del Movimiento Girasol, las protestas estudiantiles que sacudieron Taiwán en 2014 a modo de denuncia por la aprobación de un acuerdo de libre comercio entre la isla y China sin el visto bueno del parlamento.
"La Merkel de Asia"
Fue a raíz de un episodio concreto: cuando unos estudiantes intentaron venderle una revista comunista, que le recordaba al régimen que durante décadas ha intentado absorber el país donde nació.
Hoy por hoy, y tras años en el poder, es difícil describir la personalidad de una de las mujeres más poderosas de Asia. En sus redes sociales y en sus campañas electorales suelen aparecer en compañía de sus dos gatos, Think Think y Ah-Tsai. De ahí que algunos medios locales la llamen "la dama de los gatos".
Sin embargo, hay quien la ha bautizado como la "Ángela Merkel de Asia". Quizá por su carácter decisivo o quizá porque, según recoge el diario The Guardian, porque le gusta compararse con la excanciller alemana, de quien ha alabado su decisión por abrir las fronteras a los refugiados en 2015.