¿Se le puede llamar paraíso si estás atrapado en él? 80.000 turistas tienen prohibido abandonar Sanya, en la isla de Hainan, en China, un enclave tropical repleto de resorts y balnearios. El motivo es un brote de Covid-19 declarado el sábado, cuando se pasó de 24 positivos a 127 en un solo día.
Agosto es precisamente el mes de mayor afluencia, pero la experiencia no está siendo agradable ni para quienes debieran haber vuelto a sus casas ni para quienes pudiendo disfrutar de la belleza y los servicios del lugar, tienen que cumplir estrictas restricciones para evitar la propagación del virus.
Las autoridades han cancelado todos los vuelos y anulado los billetes de tren para abandonar la ciudad.
Las redes sociales se están inundando de quejas tanto por la situación como por el coste. Algunos hoteles han reducido a la mitad los precios para sus huéspedes durante el confinamiento, pero otros han llegado a multiplicar por cuatro la tarifa. Aseguran estos establecimientos que es culpa de los intermediarios.
Una familia de 13 integrantes se ha quejado en Weibo (equivalente chino de Twitter, que en aquél país sufre censura) de que extender su estancia en un conocido hotel de Sanya les va a salir por 180.000 yuanes, en torno a 26.000 euros.
China mantiene la política de tolerancia cero frente a la Covid y sus medidas para aplacar el virus son confinamientos duros, test masivos y cierre casi total de las fronteras. Tratar de evitar las prohibiciones conlleva un elevado castigo.