Hu Jintao, antecesor de Xi Jinping, obligado a salir a la fuerza del Congreso del Partido Comunista chino

La escena de este sábado en el XX Congreso del Partido Comunista chino (PCCh) ha dado la vuelta al mundo. Hu Jintao (2003-2013), antecesor de Xi, fue obligado a salir a la fuerza de la sala por un bedel que se acercó a su espalda y trató de levantarle de su asiento.

En un primer momento, el exmandatario se negó a abandonar su puesto en la presidencia junto a su predecesor, con el que cruzó unas breves palabras. Pero el líder chino se mostró impasible a lo que sucedía e ignoró a su compañero de partido. Xi solo se limitó a mover la cabeza.

Finalmente, una vez de pie y agarrado de su brazo derecho por el bedel, Hu reclamó una última vez a Xi para que lo impidiera, pero no tuvo éxito. Esta aparente purga política o escarnio público ha durado cerca de un minuto.

[El "socialismo perfecto" de Xi Jinping señala a Taiwán y busca apuntalar el liderazgo militar chino]

Una escena inesperada

Cuando abandonaba la sala y al pasar por detrás de la primera fila en la que estaba sentada la cúpula de dirigentes, Hu tocó el hombro al primer ministro, Li Keqiang, en un gesto que algunos interpretaron como de solidaridad por la pérdida de su influencia en la formación.

Así, tampoco parece que Hu Chunghua, apodado "pequeño Hu", tenga opciones de entrar en el todopoderoso Comité Permanente de la formación, en la que todos los miembros serán aliados cercanos de Xi.

No obstante, algunos observadores e internautas no han interpretado lo sucedido como una purga, sino como un posible malestar físico de Hu Jintao que habría provocado su retirada de la sala.

Ya en su discurso de apertura, Xi fue muy crítico con la década de mandato de su antecesor.

Hu Jintao es sacado a la fuerza del Congreso del Partido Comunista chino este sábado. Reuters

Cesado de las redes sociales

Hu también ha sido purgado de las redes sociales chinas. Su publicación más reciente es del 18 de octubre, en la que una cuenta cita unas palabras del político sobre desarrollo económico.

Si el PCCh quería mostrar una imagen de unidad no parece haberlo conseguido tras lo sucedido este sábado, a lo que hay que sumar los últimos dardos que Xi lanzó a su antecesor: "Había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad. La burocracia, el hedonismo y la extravagancia persistía en muchos lugares y departamentos", aseguró en el discurso de apertura del cónclave.

Xi también sostuvo que "se encontraron casos chocantes de corrupción", que "el crecimiento no estaba equilibrado ni era sostenible ni coordinado" y que algunas personas "ni siquiera tenían fe en el sistema socialista".

Nuevas caras

A pesar de este último incidente, Xi asegurará, a sus 69 años, su control absoluto sobre el PCCh durante al menos los próximos cinco años.

Otra muestra del poder acumulado es la inclusión en los estatutos del PCCh de una enmienda que amplía la teoría política del presidente chino. En esta, el líder insta a la militancia a "comprender a fondo" el significado "decisivo" de su posición como "núcleo del Partido" y a "aplicarlo en todos los aspectos".

La expectación gira ahora en torno a quiénes acompañarán al mandatario durante el próximo quinquenio. Los nuevos miembros del Comité Permanente (entre siete y nueve personas) serán presentados en sociedad este domingo en otro acto paralelo tras una semana de reuniones a puerta cerrada en un Pekín blindado por las fuerzas de seguridad y bajo fuertes restricciones para los periodistas debido las inflexibles medidas contra la covid.

Se sabe que los hasta ahora números 2, 3, 4 y 7 del PCCh, Li Keqiang, Li Zhanshu, Wang Yang y Han Zheng, ya no están en el recién nombrado Comité Central, con lo que habrá al menos cuatro caras nuevas en la cúpula del poder.

Sí figura en el Comité Central el titular de Exteriores, Wang Yi, que podría sustituir a Yang Jiechi al frente de la Oficina de la Comisión de Exteriores del PCCh.

Al margen, los delegados también eligieron hoy una nueva Comisión Central de Inspección y Disciplina, que en el pasado quinquenio investigó 4,65 millones de casos de corrupción.