Las protestas en Irán continúan y el pulso de los jóvenes contra el Gobierno de Ebrahim Raisi y el líder supremo, Alí Jamenei, por la muerte de Mahsa Amini no cesan. En un nuevo gesto de oposición al régimen de los ayatolás, decenas de jóvenes están desafiando los continuos avisos de la Guardia Revolucionaria para no manifestarse y han adoptado un nuevo símbolo de protesta: quitarle los turbantes a los mulás, los sacerdotes islámicos estudiosos del Corán.
Con esta acción, los jóvenes iraníes protestan de nuevo contra el Gobierno. Y esta vez contra quienes tienen altas funciones dentro del Estado: los líderes religiosos, vistos como parte de la acción represora, violenta y radical del Ejecutivo de Jamenei.
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En los últimos días, las redes sociales se han llenado de vídeos en los que los jóvenes se acercan de frente a los mulás para quitarles el turbante y tirarlo al suelo para pisarlo entre vítores y aplausos. Varios de estos vídeos se han grabado a los alrededores de las universidades, epicentro de las protestas.
Este nuevo gesto se suma a las ya históricas imágenes de mujeres iraníes cortándose el pelo y quitándose el velo en público desafiando a la Policía de la moral. También del derribo de los muros que separaban en dos las estancias para hombres y mujeres en las universidades de Irán.
Siete semanas de protestas
La represión en Irán no cesa cuando se cumplen más de siete semanas del inicio de las protestas tras la muerte el pasado 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico.
Este fin de semana los jóvenes volvieron a las calles de Irán a pesar de la advertencia de la poderosa Guardia Revolucionaria para que dejasen de manifestarse y una fuerte represión en las universidades.
Detenciones masivas
Las movilizaciones se están volviendo más violentas ya que son reprimidas por los basiji, una milicia de voluntarios fiel a la República Islámica que está empleando de forma indiscriminada gases lacrimógenos y la violencia (como palizas y detenciones ilegales) como advertencia.
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hosein Salamí, advirtió este sábado a los jóvenes que los "disturbios" habían llegado a su fin y que no saliesen a la calle para no arruinar su futuro.
"Hoy es el fin de los disturbios. No salgáis a la calle más", dijo el líder de la poderosa fuerza de elite, cuya misión es salvaguardar el sistema teocrático de la República Islámica.
Apenas unas horas después de estas declaraciones, se recrudeció la represión en las universidades con la expulsión de estudiantes de facultades y de residencias estudiantiles en Teherán. Cientos de estudiantes han sido detenidos y muchos de ellos están incomunicados. También hay activistas, periodistas y mujeres encarceladas encarcelados sin juicio previo.