China ha establecido más de 100 comisarías de Policía en todo el mundo para controlar, hostigar y, en algunos casos, repatriar a sus ciudadanos que viven en el exilio.
Pekín ha utilizando acuerdos de seguridad bilaterales alcanzados con países de Europa y África para obtener una presencia generalizada a nivel internacional, según alega un nuevo informe compartido exclusivamente con CNN.
Safeguard Defenders, un organismo en defensa de los DDHH con sede en Madrid, encontró evidencias de que China estaba operando en 48 comisarías más en el extranjero desde que el grupo reveló por primera vez la existencia de 54 comisarías de este tipo en septiembre.
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Su nuevo informe, titulado "Patrullar y persuadir", se centra en la escala de la red y examina el papel que han desempeñado las iniciativas policiales conjuntas entre China y varios países europeos, como por ejemplo, Italia, Croacia, Serbia y Rumania.
Este grupo, analiza documentos oficiales chinos en busca de evidencias de presuntos abusos contra los derechos humanos y aseguró que identificó cuatro jurisdicciones policiales diferentes del Ministerio de Seguridad de China activas en al menos 53 países, aparentemente para ayudar a los expatriados de esas partes con sus necesidades en el extranjero.
Versión de China
Pekín ha negado que esté dirigiendo fuerzas policiales no declaradas fuera de su territorio. “Esperamos que dejen de exagerar para crear tensiones. Usar esto como pretexto para difamar a China es inaceptable”, aseguró en noviembre el Ministerio de Relaciones Exteriores a CNN.
Sin embargo, China ha afirmado que las instalaciones son centros administrativos, creados para ayudar a los expatriados chinos con tareas como renovar sus licencias de conducir o permisos de trabajo. A su vez, según el país asiático, estas oficinas también fueron una respuesta a la pandemia de covid-19, que dejó a muchos ciudadanos sin poder renovar la documentación.
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Además, este Ministerio chino aseguró a CNN que las estaciones en el extranjero estaban atendidas por voluntarios. Sin embargo, el último informe de Safeguard Defenders afirma que una red policial que examinó había contratado a 135 personas para sus primeras 21 estaciones.
Las actividades consulares no declaradas fuera de las misiones diplomáticas oficiales de un país son inusuales e ilegales, a menos que una nación anfitriona haya dado su consentimiento explícito, y el informe de Safeguard Defenders afirma que las oficinas de China en el extranjero son anteriores a la pandemia.
No obstante, China no es la única acusada de emplear medios extrajudiciales para alcanzar objetivos con estos medios de persecución política en el extranjero. Rusia, por ejemplo, también ha sido acusada en dos ocasiones de desplegar sustancias químicas y radiactivas letales en suelo británico para intentar asesinar a sus antiguos espías, unas acusaciones que el Kremlin siempre ha negado.
En contra de su voluntad
Safeguard Defenders habló con las redes policiales mientras intentaba evaluar la escala de los esfuerzos de China para persuadir a algunos de sus habitantes de que regresaran a China, incluso en contra de su voluntad que, según datos oficiales chinos, podrían ascender a casi un cuarto de millón de personas en todo el mundo desde que Xi Jinping llegó al poder.
“Lo que vemos de China son intentos cada vez mayores de reprimir la disidencia en todo el mundo, amenazar a las personas, acosar a las personas, asegurarse de que tengan el miedo suficiente para que permanezcan en silencio o se enfrenten a ser devueltos en contra de su voluntad”, aseguró la directora de la campaña Safeguard Defenders, Laura Harth a CNN.
“Comienzan con llamadas telefónicas o intimidan a sus familiares en China, amenazándolos... Si eso no funciona, utilizarán agentes encubiertos en el extranjero. Los enviarán desde Pekín y usarán sus métodos”, explicó Harth.