William Lai (conocido como Lai Ching-te), rudo defensor de la independencia de Taiwán, venció en las elecciones nacionales, convirtiéndose en presidente. Un hecho que ha tensionado aun más las relaciones con China, quien le considera un "alborotador hasta la médula". Lai, de 64 años, asegura que su principal objetivo es, en lugar de complacer a Pekín, asegurar el estatus global del país fortaleciendo los lazos con Estados Unidos y otras democracias amigas. Además de continuar con las reformas militares y proteger la economía nacional de la coerción.
El líder del Partido Democrático Progresista (PDP) dejó claro durante su campaña su intención de mantener el status quo con China -quien reclama Taiwán como propio-. "No queremos convertirnos en enemigos de China. Podemos convertirnos en amigos", dijo Lai. Para el nuevo presidente, Taiwán ya es un país independiente. La República de China -el nombre formal de Taiwán- y la República Popular China "no están subordinadas entre sí", defiende Lai.
Pekín ha exigido que el gobierno de Taiwán acepte que ambos lados del Estrecho de Taiwán pertenecen a "una sola China", algo que Tsai (anterior presidenta taiwanesa) y Lai se han negado a hacer. China advierte de que la postura adoptada por el nuevo presidente es "un grave peligro". Lo que preocupa a Pekín es la idea de que Lai pueda intentar cambiar el status quo declarando el establecimiento de una República de Taiwán, algo que Lai ha dicho que no hará.
Taiwán cimentó su apuesta por el soberanismo en las urnas. Un resultado electoral que augura un recrudecimiento todavía mayor de las tensiones con China, que considera a este territorio una provincia rebelde.
Lai sumó un 40,05 % de los votos, imponiéndose a los aspirantes opositores del Kuomintang (KMT), Hou Yu-ih (33,49 % de los sufragios), y del Partido Popular de Taiwán (PPT), Ko Wen-Je (26,46 %).
En una comparecencia ante la prensa extranjera, Lai aseguró que estas elecciones demostraron a la comunidad internacional que, entre "democracia y autoritarismo", los taiwaneses optaron por permanecer "al lado de la democracia".
Médico de familia humilde
William Lai creció en una familia humilde y perdió a su padre cuando todavía era un niño. Estudió en Harvard y ejerció como médico especializado en lesiones de médula espinal.
En el periodo de 2010 a 2017 se consolidó como alcalde de Tainan. En ese mismo año fue nombrado primer ministro, autodefiniéndose como un "trabajador pragmático por la independencia de Taiwán", asegurando que siempre mantendría ese objetivo.
Se convirtió en vicepresidente de Tsai en 2020, cuando ganaron en una advertencia aplastante sobre la amenaza a Taiwán por parte de China, dada la represión de Pekín contra las protestas antigubernamentales en Hong Kong.
Desde entonces, China ha intensificado masivamente los ejercicios militares cerca de Taiwán y ha realizado ejercicios de guerra en agosto de 2022 y en abril de 2023, en respuesta al compromiso de Taiwán con Estados Unidos.
"China realmente lo odia"
Según la Constitución de Taiwán, la República de China -nombre formal de Taiwán- es un Estado soberano, una visión compartida por todos los principales partidos políticos de Taiwán.
"Creo que China lo odia, realmente lo odia", dijo Wu Xinbo, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Fudan de Shanghai. "Es porque si es elegido líder de Taiwán, puede avanzar en su objetivo de independencia de Taiwán, lo que provocará una crisis a través del Estrecho de Taiwán".
Aun así, aunque China ha anunciado sanciones contra varios altos funcionarios taiwaneses, incluido el compañero de fórmula de Lai, Hsiao Bi-khim, ex embajador de facto de Taiwán en Estados Unidos, no lo ha hecho con Lai, lo que tal vez indique que Pekín no quiere cerrar totalmente la puerta para algún día tener conversaciones con él.
Reacciones internacionales
La Oficina de Asuntos de Taiwán de China dijo que la victoria de Lai no cambiaría el panorama básico de las relaciones a través del Estrecho.
A nivel internacional impera el apoyo al archipiélago asiático, a excepción de Rusia. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, aseguró que Moscú seguía considerando a Taiwán como una parte integral de China.
El líder de Estados Unidos, Joe Biden, a pesar del apoyo que brinda a Taiwán, quiso aclarar que "no apoyan la independencia".
"Esperamos que la cuestión que rodea a Taiwán se resuelva pacíficamente a través del diálogo, contribuyendo así a la paz y la estabilidad en la región", dijo en un comunicado la ministra de Asuntos Exteriores de Japón, Yoko Kamikawa.
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"Para Japón, Taiwán es un socio extremadamente crucial y un amigo importante, con el que comparte valores fundamentales y disfruta de estrechas relaciones económicas e intercambios entre pueblos", dijo, repitiendo las líneas habituales de Japón sobre Taiwán.
Desde Reino Unido, David Cameron, felicitó a Lai por su victoria y dijo que esperaba que Taiwán y China renovaran sus esfuerzos para resolver sus diferencias pacíficamente.
La Unión Europea (UE) se mostró satisfecha por la celebración de las elecciones democráticas. Sin mencionar a Pekín, la UE advirtió en un comunicado de que se opondrá a "cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo" de Taiwán, que cuenta con una Constitución, un sistema político y unas fuerzas armadas propias, a pesar de que China considera que la isla forma parte de su territorio.