Cuando el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol anunció en 2022 el ambicioso objetivo de convertir a Corea del Sur en el cuarto exportador mundial de armas, parecía una absoluta quimera. Sin embargo, este objetivo podría estar más cerca de alcanzarse de lo que se pensaba inicialmente. El país asiático no sólo ha logrado exportar su influyente cultura del K-Pop y K-Drama a nivel global, sino que también está teniendo un éxito notable en la exportación de su tecnología militar, un fenómeno apodado perspicazmente por el diario económico Nikkei Asia como ‘K-Defense’.
El crecimiento, ciertamente, ha sido realmente espectacular. Según un informe del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), el volumen de exportaciones de armas de Corea del Sur ha aumentado un 74% en el periodo entre 2018 y 2022 en comparación al anterior lustro. Con unas ventas de 17.300 millones de dólares, en 2022 ya se había convertido en el noveno mayor vendedor de armas del mundo, frente al puesto 31 que ocupaba en el año 2000.
Las décadas de gestión frente a la amenaza de Corea del Norte han sido cruciales para el desarrollo de una industria de defensa sólida, manteniendo siempre una fuerte inversión. A pesar de un fuerte descenso del gasto militar en porcentaje del PIB desde la década de 1960 —cuando llegó a alcanzar el 6,4%—, Corea del Sur ha mantenido siempre un gasto por encima del 2% y, en muchas ocasiones, cerca del 3%.
"Corea del Norte ha sido una de las principales razones del constante desarrollo de la industria de defensa surcoreana en las últimas décadas", indica Wooyeal Paik, director adjunto del Instituto Yonsei de Estudios sobre Corea del Norte y director del Centro de Relaciones Internacionales del Instituto de Estrategia y Tecnología Aeroespacial de la Universidad Yonsei de Seúl. "Desde que se declaró el armisticio en 1953, las dos Coreas han estado técnicamente aún en guerra, sin tratado de paz, con constantes conflictos militares, desde pequeñas escaramuzas terrestres y marítimas hasta importantes escaladas de crisis militares".
Este enorme presupuesto en defensa, añade Paik, ha sido indispensable para contener el "aventurismo militar, la agresión y provocación de Corea del Norte, que amenazaba la propia supervivencia de Corea del Sur". Pero también ha permitido el afloramiento de numerosas empresas de la industria de defensa como Hanwha Aerospace, dedicada a la fabricación de artillería; Hyundai Rotem, que produce tanques; y Korea Aerospace, dedicada al diseño de aviones de combate.
Unido a todo ello, la invasión rusa de Ucrania ha disparado la demanda de armas coreanas tanto por parte de naciones occidentales como de países asiáticos en un intento de reducir su dependencia de Rusia. Polonia, un miembro clave dentro de la OTAN, suscribió un paquete de acuerdos por valor de casi 14.000 millones de dólares, un compromiso que se anunció como el inicio de una nueva era para la industria de defensa del país.
Thomas Lim, analista militar del S. Rajaratnam School of International Studies (RSIS) de Singapur, afirma que Seúl ha conseguido capitalizar la creciente necesidad de nuevos proveedores militares, ya que algunos proveedores habituales como Estados Unidos se enfrentan a limitaciones en la producción. “La demanda superaba la oferta disponible, y Corea del Sur vio su oportunidad de entrar en el mercado, con Hanwha a la cabeza”, explica a EL ESPAÑOL.
El acuerdo armamentístico con Polonia, suscrito en septiembre de 2022, incluyó cientos de lanzacohetes Chunmoo, tanques K2, obuses autopropulsados K9 y aviones de combate FA-50. Este contrato representó el mayor acuerdo de exportación militar en la historia del país, aunque el aspecto más notable fue la capacidad de Corea del Sur para llevar a cabo las entregas con una velocidad extraordinaria.
“El precio es bueno [gracias a las subvenciones y ayudas financieras del Estado], el producto no es asombroso pero sí muy sólido, y la entrega es rápida. Satisface las reglas básicas del libre mercado”, asegura Lim.
Otra de las grandes ventajas de la industria es la libertad que tienen las empresas surcoreanas para adaptar los equipos a las necesidades del cliente, así como para transferir tecnología y establecer una producción local. En el caso de Polonia, según señalaron varios funcionarios surcoreanos a Reuters el año pasado, habían incitado a producir armas surcoreanas allí para facilitar su entrega a los clientes europeos.
Esta estrategia también fue adoptada con Egipto después de que hiciera un pedido de vehículos de reabastecimiento de munición K9 y K10 por valor de más de 1.6000 millones de dólares. Los primeros vehículos se construirán en Corea del Sur, pero con el tiempo la fábrica estatal Factory 200, situada a las afueras de El Cairo, ensamblará los K9, incorporando un 30% de componentes producidos localmente.
"El gobierno coreano está promoviendo la diplomacia militar y la cooperación en defensa para que la relación con el país comprador pueda convertirse en varias asociaciones más allá de una simple relación vendedor-comprador", señaló el Ministerio de Defensa de Corea del Sur en un comunicado el pasado mes de mayo.
Un potencial inmenso
El propósito de Yoon para convertir a Corea del Sur en uno de los cuatro principales proveedores armamentísticos del mundo para 2027, por el momento, indica Lim, “va por buen camino”. En el futuro próximo, señala el investigador del RSIS, será clave la creciente demanda en Oriente Próximo y “Arabia Saudí será el actor a seguir”. Seúl ya ha suscrito un acuerdo de misiles tierra-aire LiG Next con Emiratos Árabes Unidos y firmó un acuerdo similar con Riad hace dos semanas.
El papel de Seúl en la guerra de Ucrania, además, le ha conferido como un papel de exportador de armas rápido y confiable. Si bien el producto surcoreano no es necesariamente de la más alta tecnología, su buena relación calidad-precio y la rapidez en los plazos de entrega les han otorgado una posición sólida frente a sus competidores.
Sin embargo, la industria de defensa de Corea del Sur podría enfrentarse ahora a un primer gran obstáculo debido a la incertidumbre financiera en Polonia. “El nuevo primer ministro polaco, Tusk, ha expresado su preocupación por el acuerdo firmado anteriormente, y el momento es inoportuno si se tiene en cuenta que el principal objetivo del Gobierno surcoreano para este periodo son las elecciones de abril de 2024, por lo que resolver los detalles con Polonia podría no ser una prioridad hasta que se celebren”, afirma Lim.