Las víctimas confirmadas este domingo elevan el total de muertos a 95 desde el pasado 12 de abril, debido a las inundaciones repentinas. Entre el 12 y el 16 de abril, además, 36 personas resultaron heridas, y más de 1.200 casas quedaron total o parcialmente destruidas.
A su vez, durante los últimos cuatro días al menos 29 personas han muerto y otras 7 han resultado heridas a causa de las lluvias y repentinas inundaciones en varias provincias del país.
Según las autoridades del Gobierno de los talibanes, las víctimas fallecieron en las provincias afganas de Ghazni, Paktya, Jowzjan, Ghor, Farah, Nimroz, Samangan, Parwan, Helmand y Nangarhar, informa EFE.
El Departamento de Meteorología del Ministerio de Transportes y Aviación afgano estimó en su último parte que estas intensas lluvias e inundaciones repentinas en diferentes provincias de Afganistán persistirán en los próximos días.
[Qué significa ser una trabajadora humanitaria en Afganistán]
Las fuertes lluvias suelen provocar súbitas inundaciones y deslizamientos de tierra en las zonas más montañosas de Afganistán, debido entre otras razones a la pobre infraestructura tras décadas de conflicto armado y a las frágiles construcciones de adobe en las que reside buena parte de la población.
Afganistán es uno de los países del mundo más afectados por el cambio climático y el menos preparado para adaptarse a él, de acuerdo con un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
A la interrupción de buena parte de las ayudas internacionales y la congelación de los fondos del país desde que los talibanes se hicieron con el poder en Kabul en agosto de 2021, se suma la falta de reconocimiento internacional mientras los fundamentalistas llevan adelante medidas muy criticadas, como las crecientes restricciones a las mujeres afganas o la vuelta de las ejecuciones en público