El nuevo presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), manifestó este lunes su deseo de llevar al “siguiente nivel” la “sólida” asociación existente entre Taiwán y Estados Unidos, país al que ha agradecido su apoyo “independientemente del Gobierno o del sector privado”.
“En el futuro, espero que el Ejecutivo y el Congreso de EE.UU. continúen apoyando la cooperación bilateral en diversos campos como la seguridad, la economía, el comercio y la ciencia y la tecnología, para que la asociación sólida entre Taiwán y Estados Unidos pueda llevarse al siguiente nivel”, aseveró el mandatario durante un encuentro con exfuncionarios estadounidenses.
Las palabras del recién elegido presidente de Taiwán no han sentado bien al régimen chino. El Gobierno de Xi Jinping considera que su "discurso se adhiere obstinadamente a la postura de la independencia de Tiwán, promueve vigorosamente la falacia del separatismo e incita a la confrontaciójn en el Estrecho".
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Lai, quien asumió este lunes el cargo de presidente en sustitución de Tsai Ing-wen (2016-2024), reconoció que la cuestión taiwanesa es un asunto que “preocupa a todos” y, por ello, empleará la “diplomacia basada en valores” para profundizar los vínculos de la isla con otros países y ayudar a mantener la paz y la estabilidad regionales.
Brian Deese, antiguo director del Consejo Económico de la Casa Blanca con el Gobierno del actual presidente, Joe Biden, afirmó por su parte que la asociación actual entre Taiwán y Estados Unidos “es la mejor de la historia”.
“Estados Unidos siempre ha mantenido una posición coherente y ha apoyado y profundizado la asociación con Taiwán de manera constante (...). El compromiso de EE.UU. con Taiwán es firme, bipartidista y basado en principios, y no cambiará”, aseveró Deese.
Asimismo, el exvicesecretario de Estado estadounidense Richard Armitage (2001-2009) señaló que Washington “seguirá cumpliendo con sus compromisos de larga data” con Taipéi, al tiempo que valoró los “activos esfuerzos” de Taiwán por impulsar reformas militares en los últimos años.
Entre la delegación estadounidense también se encontraba Laura Rosenberger, presidenta del Instituto Americano en Taiwán (AIT, la embajada "de facto" de EE.UU. en la isla) y Richard Bush, analista del centro de pensamiento Brookings y que anteriormente se desempeñó como presidente del AIT.
Previamente, Lai mantuvo una reunión con el presidente de la Asociación de Intercambio Japón-Taiwán (la embajada “de facto” de Tokio en Taiwán), Yasuaki Tanizaki, con quien reafirmó el interés del nuevo Gobierno por participar en más organizaciones internacionales y unirse a mecanismos regionales, como el Acuerdo Comprensivo y Progresivo Transpacífico de Cooperación Económica (CPTPP).
El nuevo mandatario isleño también se reunió con la esposa del fallecido ex primer ministro japonés Shinzo Abe (2012-2020), Akie Abe, a quien agradeció sus “contribuciones” a la profundización de las relaciones entre Taiwán y Japón.
Lai, tachado de “secesionista” y “alborotador” por Pekín, se convirtió este lunes en el quinto presidente en la historia democrática de Taiwán, iniciando oficialmente un mandato en el que buscará preservar la autonomía de la isla frente a China.
En el plano interno, Lai también encara importantes desafíos, como los altos costos de la vivienda y los bajos salarios, a los que tendrá que hacer frente en un Parlamento con mayoría opositora.