En medio de los preparativos para la llegada del presidente ruso, Vladímir Putin, a Pyonyang, el ejército de Corea del Sur ha comunicado que más de dos docenas de soldados norcoreanos cruzaron —accidentalmente— la frontera, pero que regresaron al norte después de escuchar disparos de advertencia de las fuerzas surcoreanas. Se trata del segundo accidente de este tipo en las últimas dos semanas.
Según un comunicado del Estado Mayor Conjunto (JCS) de Seúl, desde abril, el ejército del dirigente Kim Jong-un ha construido barreras antitanques a lo largo de la frontera intercoreana, además de reforzar carreteras colocando minas terrestres en el frente. Las tensiones entre las dos Coreas se han disparado en los últimos meses.
El pasado 9 de junio, Seúl reanudó su campaña de emisiones por megafonía contra Pyonyang cuyo objetivo es transmitir mensajes positivos y de esperanza tanto para los militares como para los ciudadanos norcoreanos. Por su parte, las transmisiones norcoreanas eran sobre discursos patrióticos en los que criticaban el "imperialismo estadounidense". Las emisiones se utilizaron como estrategia de guerra psicológica durante la Guerra Fría para no violar el Acuerdo de Armisticio de Corea, firmado en 1953.
[Por qué Kim Jong-un está enviando globos con heces a Corea del Sur]
El armisticio dividió a la nación del norte de la nación del sur en el paralelo 39, poniendo fin a las hostilidades ideológicas entre ambos, sin finalizar la guerra. Corea del Sur reanudó sus emisiones después de que el JCS anunció que 20 soldados norcoreanos cruzaron la zona desmilitarizada accidentalmente.
Los envíos de globos comenzaron a principios de los años 2000 por disidentes norcoreanos que abandonaron el régimen, consecuencia de la hambruna que empezó en 1994 —dos años después de que Kim Il Jong asumiera el poder— y terminó en 1998. Se cree que murieron por lo menos un millón de personas. Desde mayo, Corea del Sur ha sido ‘atacado’ con casi 1.000 globos llenos con estiércol, colillas, pilas usadas e incluso pañales enviados desde Corea del Norte, quien días antes del inesperado encargo había amenazado con “enviar montones de basura”, provocado por panfletos propagandísticos de grupos activistas surcoreanos en contra del régimen del líder autoritario Kim Jong Un.
Los grupos activistas de la República de Corea, por ejemplo, Fighters for a Free North Korea, gastan hasta 500 dólares por unidad de globo inflado con helio. Los globos los llenan con biblias, tabletas de vitamina C, pastillas de Tylenol, billetes de dólares, comida como ChocoPie, panfletos de propaganda y memoria USB con contenido de películas o de música K-Pop. En 2021 el parlamento surcoreano aprobó una ley que criminalizaría globos que tuvieran propaganda dirigida al país del dirigente autoritario y aquellos surcoreanos que incumplieran la ley, serían sentenciados tres años en prisión y recibiendo multas de hasta 27.000 dólares. Eventualmente se anuló bajo la premisa de violar la libertad de expresión.
El ejército de la República de Corea alertó a la población que en las “zonas del frente se han identificado objetos sospechosos supuesto provenientes de panfletos norcoreanos”. El comunicado aconsejó a la población abstenerse de realizar actividades al aire libre y comunicar “cualquier objeto identificado a los militares o a la policía”. El líder norcoreano confirmó que su país envió los globos que incluso llegaron a regiones no fronterizas como en la capital del país, Seúl. Consecuentemente, el presidente Yoon Suk-yeol suspendió el tratado militar de 2018.
Los expertos opinan que la intención de los globos es reavivar la división dentro del gobierno surcoreano, presionando al presidente Yoon Suk Yeol a tomar medidas más drásticas contra los panfletos de propaganda de grupos activistas del sur (como Fighters for a Free North Korea), además que estará lanzando nuevos tipos de provocaciones para entrometerse en las elecciones presidenciales estadounidenses previstas en noviembre.
Kim Yung Ho, ministro del Ministerio de Unificación advirtió que si Pyonyang continuaba con "actos irracionalmente provocativos", Seúl tomaría medidas insoportablemente dolorosas. Dijo: "No toleraremos tales acciones”. Yoon Suk-yeol, dijo en el aniversario 69 del Día Conmemorativo honrando a soldados y civiles que perdieron la vida por su país, “a unos 50 kilómetros de aquí, nuestros compatriotas pasan hambre, privados de su libertad y de sus derechos humanos”. Comunicó que el régimen norcoreano se niega a aceptar el progreso de la historia amenazando sus vidas. Después de agresiones recientes como lanzar misiles, los globos han sido “una provocación despreciable que avergonzaría a cualquier país normal”. Su gobierno no ignorará la amenaza norcoreana y mantendrá una postura firme respondiendo “a las provocaciones con decisión y contundencia”.