El movimiento estudiantil detrás de las protestas contra el Gobierno en Bangladesh reafirmó este domingo su desafío a las autoridades, con una llamada a todos los ciudadanos a converger en Daca mañana, tras una jornada de manifestaciones multitudinarias marcada por la violencia que dejó al menos 91 muertos.
El número de muertos, que incluye al menos 13 policías, ha sido el más alto en un solo día en cualquier protesta en la historia reciente de Bangladesh, superando las 67 muertes reportadas el 19 de julio cuando los estudiantes salieron a las calles para exigir la eliminación de las cuotas para los empleos gubernamentales.
"Llamo a todos los estudiantes y a la gente de todo el país a dirigirse a Daca mañana", urgió uno de los coordinadores del Movimiento Estudiantil Contra la Discriminación, Asif Mahmud, en un comunicado.
Las protestas que se registran desde hace semanas en Bangladesh han causado ya más de 250 muertos desde que un movimiento estudiantil saliera a las calles a principios de julio, para exigir el fin de unas cuotas al empleo público que consideran discriminatorias en uno de los países más pobres del mundo.
Enfrentamientos entre manifestantes y seguidores apoyados por la Policía de la Liga Awami de la primera ministra, Sheikh Hasina, dejaron al menos 91 muertos, en uno de los días más sangrientos desde que comenzaron las protestas.
Al menos cinco personas murieron en el distrito oriental de Feni, ha afirmado a EFE el superintendente del hospital Sadar, Abul Khair Miazi. El jefe de la administración de Kishoreganj, Abul Kalam Azad, afirmó por su parte que tres personas fallecieron, incluyendo dos calcinadas "cuando la casa de un líder de la Liga Awami (gubernamental) fue incendiada".
Uno de los distritos donde se registraron más víctimas mortales fue el de Sirajganj. Cinco personas fallecieron en la región, según el jefe de los servicios de salud, Mohammad Jahangir Alam, a los que se suman trece miembros de las fuerzas de seguridad en una estación de Policía, tal y como ha afirmado en un comunicado el portavoz del cuartel general de la Policía, Enamul Haque.
Fuentes hospitalarias y oficiales han confirmado decenas de muertos y heridos en numerosos distritos del país, entre ellos la capital y Bogura, Pabna o Magura. Algunos de ellos, como los dos fallecidos en el distrito de Munshiganj, habían recibido heridas de bala, según el superintendente del centro de salud donde fueron tratados, Abu Hena Muhammad Jamal.
Los enfrentamientos en la capital bangladesí, como en muchas otras zonas del país, transformaron este domingo la ciudad en una zona de guerra por los violentos choques entre manifestantes y partidarios de Hasina, muchos de los cuales portaban palos y objetos de metal, pudo comprobar EFE.
"Ninguno de los responsables de la violencia es un estudiante, son terroristas", ha afirmado Hasina durante una reunión entre ministros y los principales cuerpos de seguridad del país asiático en su residencia oficial, según su portavoz Sarwer-E-Alam Sarker.
Ante la escalada de violencia, el Ministerio del Interior ha reimpuesto un toque de queda al anochecer en todas las ciudades del país, así como un bloqueo de las redes de telecomunicaciones. El Gobierno ha decretado también el cierre durante los próximos tres días de todas las oficinas gubernamentales y tribunales.
El Ejército, desplegado por Hasina para hacer cumplir el toque de queda, ha exhortado a los ciudadanos a respetarlo desde el anochecer.
"El Ejército de Bangladesh cumplirá con su deber según lo ordenado por la Constitución y las leyes del país. En este sentido, pedimos a la gente que cumpla el toque de queda y coopere plenamente", indicaron los militares en un comunicado.
Evolución protestas
Las manifestaciones comenzaron a principios del pasado julio, cuando miles de estudiantes llamaron a poner fin a las plazas reservadas en las ofertas de empleo público para los descendientes de los luchadores por la libertad en la guerra de independencia de 1971.
El Tribunal Supremo ordenó al Gobierno abolir la mayor parte del 30 % de las cuotas, pero los estudiantes decidieron mantener las manifestaciones para exigir justicia hacia las víctimas de la violencia.
Lo que comenzó inicialmente como un movimiento estudiantil pacífico se volvió violento a mediados del mes pasado y se ha convertido en una movilización de masas, que representa el mayor desafío al que se enfrenta Hasina desde que asumió su cuarto mandato consecutivo el pasado enero.
Organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional (AI) han denunciado una represión desmesurada por parte de las fuerzas de seguridad y con la ayuda de seguidores de la Liga Awami, así como una campaña de arrestos que ha supuesto la detención de unas 10.000 personas.
Las protestas tomaron un nuevo cariz este sábado, cuando los estudiantes pasaron de exigir una disculpa incondicional de Hasina y la salida de varios ministros, a la dimisión completa del Gobierno. Los manifestantes rechazaron también una propuesta de diálogo de la primera ministra.
El movimiento estudiantil llamó además a partir de este domingo a un boicot total contra el Gobierno, con peticiones como la de no pagar impuestos.