Detienen en Filipinas al 'Dueño del Universo', líder sectario acusado de tráfico sexual de mujeres y niñas

Entre los delitos de los que se le acusa se encuentra el tráfico de personas, abuso sexual infantil y violaciones, también contra menores. Unos cargos que sus abogados han negado rotundamente, además de asegurar que fue él mismo quien se entregó a las autoridades.

Quiboloy, conocido por los críticos como "Rasputín", afirma tener fieles en unos 200 países, llegando a propagar sus sermones en lugares como Ucrania, Hong Kong, Brasil y Nueva York; e incluso, gracias a su gran capacidad para atraer a grandes cantidades de votantes hacia sus políticos favoritos, en las altas esferas políticas, llegando a ser el asesor espiritual de Rodrigo Duterte, presidente filipino desde el año 2016 hasta el 2022.

Uno de los elementos principales que han ayudado a su detención ha sido su 'megaiglesia'. Según los hallazgos policiales, la financiación del inmueble procedería principalmente de los beneficios obtenidos de la explotación laboral y del engaño de personas en situaciones precarias e incapaces de hacer frente a sus problemas económicos.

El "Dueño del Universo" habría obligado a sus discípulos a pedir donaciones para una ONG falsa cuya finalidad era financiar su 'megaiglesia' y, según señala el FBI, "los lujosos estilos de vida de sus líderes". Entre los beneficios de los cabecillas se encontraban los favores sexuales que las "asistentas personales" (niñas de tan sólo 12 años) tenían que realizarles en un ritual denominado "guardia nocturna".

En "las cartas de compromiso" que tenían que firmar las menores para empezar a trabajar en la secta, aceptaban ceder su vida y su cuerpo a Quiboloy, teniendo como castigo la "condena eterna" en caso de incumplimiento. 

Macro operación

Sus prácticas delictivas se materializaron en el año 2021, cuando un tribunal estadounidense presentó una acusación formal contra Quiboloy y dos de sus principales administradores por una operación de tráfico sexual con la que obligaron a múltiples mujeres y niñas a mantener relaciones sexuales con él "bajo amenaza de una condena eterna". Fruto de esta denuncia, según el FBI, le fueron aplicados cargos por tráfico sexual por la fuerza, fraude y coerción, tráfico sexual de niños y contrabando de grandes cantidades de dinero. Gracias a lo cual, fue posible la emisión de una orden federal para su arresto.

Una macro operación que se estuvo fraguando durante más de dos semanas. Días y días en los que miles de agentes tanto desde tierra, protegidos por escudos antidisturbios, y desde el aire con helicópteros, vigilaron las inmediaciones de su 'templo' en la ciudad de Davao, al sur de Filipinas.

Los fieles respondieron asediándose en el campus, reforzando sus energías con los credos y cánticos impuestos por su líder. Éstos continuan convencidos de que todo este entramado policíaco es una persecución política orquestada por Estados Unidos para destronar a su rey místico.

Los fieles de Apollo Carreon Quiboloy se asientan en las inmediaciones del templo. Twitter

Pero estas conspiraciones negacionistas se desmoronan después de escuchar las confesiones a The Times por dos ex pastores. Éstos aseguraron ante el medio que Quiboloy ejercía una influencia psicológica sobre ellos y que se sentían culpables si intentaban rechazar sus insinuaciones sexuales. O la declaración de una de las "asistentas personales", que fue castigada y desterrada a una propiedad a las afueras de la ciudad, donde se le rapó la cabeza, la obligaron a usar ropa de color naranja, como una prisionera, y la golpearon con una pala de madera.