El Tribunal Constitucional de Austria ha ordenado este viernes la repetición en todo el país de la segunda vuelta en los comicios presidenciales que el pasado 22 de mayo dieron ganador al ecologista Alexander van der Bellen por un escaso margen de 30.000 votos.
La formación de ultraderecha, euroescéptica y xenófoba Partido Liberal de Austria (FPÖ), liderado por Norbert Hofer, impugnó el resultado y ahora el Tribunal considera que hubo irregularidades en el recuento. La balanza en el ajustado recuento de los resultados -que había quedado en empate técnico- la terminó aclarando el voto por correo.
Ahí está el quid de la cuestión: el presidente del Tribunal, Gerhart Holzinger, ha explicado que hubo irregularidades en el recuento del voto por correo en 14 distritos, informa el diario austriaco Der Standard. Los fundamentos de su sentencia indican que en estos lugares se abrieron las papeletas del voto sin la presencia de todas las personas indicadas por la ley electoral; es decir: sin la vigilancia oportuna para evitar posibles recuentos falsos. El Tribunal Constitucional, sin embargo, "no hay ningún testigo que constatara manipulaciones", señala Holzinger.
El recuento irregular afecta a 77.926 votos, indica el periódico, pero no vale con repetir únicamente los votos por correo no es plausible, pues no está previsto un apartado separado para los votantes que han ejercido su derecho por esta vía. Tampoco puede realizarse una votación únicamente en los distritos afectados, porque según la ley austríaca los votantes también pueden entregar sus papeletas en un distrito distinto al que en principio le corresponde, detalla el presidente del Tribunal.
La noticia tras los comicios precisamente fue que Van der Bellen había derrotado a la ultraderecha por los pelos en un país evidentemente dividido en dos polos opuestos, y donde los ultranacionalistas ganaron apoyos en el contexto de una crisis de refugiados que Austria ha vivido en primera persona, con el paso de miles de personas por su territorio de camino a Alemania y el norte de Europa, y que también ha acogido a un número de ellos.
Este viernes es un "día muy importante, porque la democracia austriaca ha superado una prueba", según el presidente en funciones, Heinz Fischer, recoge el diario Wiener Zeitung.
Cuáles son los siguientes pasos
Aún no hay fecha para las nuevas elecciones, aunque se calcula que será en otoño, a finales de septiembre como pronto. Fischer ha dicho que deben celebrarse "sin retrasos innecesarios". El Gobierno y el Consejo Nacional (el congreso de los diputados austriaco) decidirán la fecha.
Cabe recordar que la figura del presidente en Austria es la de un jefe de Estado con funciones más representativas que ejecutivas. Aunque es quien nombra al canciller austriaco -equivalente al canciller en Alemania o al presidente en España-, lo normal es que mande formar gobierno a la formación más votada, indica Der Spiegel.
Sin embargo, precisamente ante un resultado tan ajustado quizá esta costumbre pueda variar. La web independiente Nationalratswahl.at explica que las próximas elecciones parlamentarias, de donde saldrá el nuevo Ejecutivo, serán como tarde en septiembre de 2018, aunque ya antes de la decisión del Tribunal existía una remota posibilidad de que se adelantaran a noviembre de 2016. Pero de momento, queda repetir los comicios presidenciales.
El líder ultraconservador será presidente en funciones
El 8 de julio termina la legislatura del presidente Fischer y en lugar de prolongar su cargo en funciones hasta que los austriacos vuelvan a elegir a sus sustituto, será un órgano colegiado formado por tres políticos el que tome el relevo temporal.
Entre ellos, estará precisamente el ultranacionalista Hofer, destacan los medios austriacos, por su pertenencia al Consejo Nacional austriaco. Esto ofrecerá la oportunidad a sus conciudadanos de verle en acción, aunque será en funciones y acompañado por la socialdemócrata y presidenta del Consejo, Doris Bures, y el número dos, el conservador-liberal, Karlheinz Kopf.
Hofer ocupa el tercer puesto en dicho Consejo (presidente tercero) y se podría llegar a dar la circunstancia de que en algún momento se encuentre solo en el país, por lo que sería él quien debería tomar decisiones, indica el periódico austriaco Krone. Alexander van der Bellen se enfrenta ahora a la ironía de ver cómo su adversario ocupa parcialmente el cargo para el que teóricamente había sido elegido él.