La canciller alemana Angela Merkel ha presentado este jueves un plan de seguridad para Alemania, especialmente centrado en la lucha contra el terrorismo tras la ola de ataques que en las últimas dos semanas ha sacudido Alemania, especialmente el land de Baviera (sur germano). Las ciudades bávaras de Ansbach, Múnich y Wurzburgo han sido escenario de los peores episodios violentos de estos días, aunque el sucedido en la capital bávara no fue de naturaleza yihadista (al contrario, hay indicios de un acto xenófobo).
La canciller, que estaba de vacaciones desde la semana pasada, ha decidido interrumpir su descanso para intervenir en Berlín ante los medios de comunicación en una de sus tradicionales conferencias de prensa de hora y media. La canciller se expone a la prensa en este formato al menos una vez al año. “Suelo hacer este tipo de intervención antes de las vacaciones o después, pero tras los horribles ataques de Wurzburgo, Múnich y Ansbach es para mí importante que nos ocupemos de ello”, ha dicho la canciller, antes de realizar una intervención considerada como una tentativa en favor de la calma social.
Que hayan sido inmigrantes llegados hace relativamente poco a Alemania los autores de dos de los tres ataques ha generado un intenso debate político en el país, que recibió el año pasado 1,1 millones de demandantes de asilo. Fue bajo la política de puertas abiertas por la que optó Merkel en un gesto valorado como humanitario por gran parte de la Unión Europea, y que sin embargo le valió críticas desde su propio partido. "Lo conseguiremos", ha vuelto a recalcar este jueves en la presentación de un plan con ideas muy generales, bajo la premisa de que el Gobierno y las autoridades seguirán haciendo lo que ya estaban haciendo, pero más y mejor.
Respuesta a las críticas
La discusión tras los ataques ha estado marcada por las críticas del partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) a la política de refugiados de la canciller. “Por razones de seguridad, no podemos permitirnos que más musulmanes lleguen a Alemania sin control”, ha afirmado Alexander Gauland, vicepresidente de AfD.
En el inquieto clima que han instalado los atentados también han participado las exigencias de la Unión Cristiano Demócrata (CSU), partido hermanado a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) que lidera Angela Merkel en Baviera, el estado federado afectado por los tres ataques. El primer ministro de ese land del sur germano, Horst Seehofer, había pedido que el Gobierno actúe desde Berlín ante la “nueva dimensión del terrorismo”. Los responsables de la CSU han dejado clara su intención de apostar por dedicar más medios a la seguridad.
En este sentido, Merkel ha planteado “fortalecer” el sistema de “repatriación de los demandantes de asilo” cuya solicitud haya sido rechazada, algo que implicaría según ella una mayor cooperación con los países de origen. El sirio de Ansbach cuya petición de asilo había sido rechazada, tenía que haber sido deportado a Bulgaria, por donde pasó previamente.
“Merkel quiere ante todo calmar a la población”, según dice a EL ESPAÑOL Rene Rieger, experto en terrorismo islámista e investigador asociado en la Universidad de Múnich. “Es importante que diga que, como sociedad, tenemos que superar esto juntos”, agrega Rieger.
Un sistema de alarma y más control
Merkel ha planteado un plan en el que su país va a trabajar como consecuencia de esos ataques. Aunque sin entrar en detalles, Merkel ha apuntado la necesidad de establecer un “sistema de alarma para detectar y evitar ataques” como los perpetrados por individuos de Wurzburgo o Ansbach, que actuaron inspirados por la organización terrorista del Estado Islámico (EI) sin tener aparentes vínculos directos con la organización.
El primero de esos atentados fue perpetrado por un refugiado llegado hace dos años a Alemania que atacó el pasado 18 de julio con un hacha y un cuchillo a los pasajeros de un tren en Wurzburgo causando cinco heridos antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad. El pasado domingo, un demandante de asilo sirio hizo estallar la carga explosiva que transportaba en una mochila en la entrada de un festival de música en la pequeña ciudad bávara de Ansbach, causando su propia muerte y heridas a quince personas.
Merkel también ha evocado la “expansión del personal” relacionado con la seguridad -sin concretar número de efectivos o recursos- y la necesaria puesta en marcha del trabajo de la Agencia Central para la Información y la Tecnología (ZITIS), un centro de análisis de datos, centrado en Internet y redes sociales.
Además, la canciller ha propuesto como medida a considerar el trabajo conjunto en materia antiterrorista de Ejército y Policía, algo que contempla a través de “ejercicios conjuntos” entre efectivos de ambos cuerpos el Libro Blanco de Defensa, un documento estratégico del Ministerio de Defensa alemán presentado a mediados de este mes.
Más cooperación europea
Es la eterna reivindicación de los propios políticos europeos en materia de terrorismo. En el plan de la jefa del Gobierno alemán también tiene sitio el estudio y análisis de todas “las investigaciones sobre terrorismo islamista y radicalización” además de la cooperación a nivel europeo.
A nivel comunitario, la canciller espera contar con una “rápida conexión de los bancos de datos” de la Inteligencia de los socios europeos y con otras medidas concretas en materia de seguridad por determinar el próximo Consejo Europeo, previsto el 16 de septiembre en Bratislava.
Sobre este tipo de cooperación, Merkel ha apostado por que también haya más cooperación con otros servicios de Inteligencia de países aliados, como Estados Unidos. Las lacras en la Inteligencia compartida es una de las dos principales asignaturas pendientes señaladas por los expertos en terrorismo para combatir a Estado Islámico en Occidente (la otra es la contrapropaganda).
En alusión al ataque en Múnich, llevado a cabo por un joven armado con una pistola que adquirió ilegalmente a través de internet y que le sirvió para matar a 10 personas – incluido él mismo – y herir a otras 27 al grito de "soy alemán" y "turcos de mierda", Merkel ha apuntado la necesidad de una una nueva legislación a nivel europeo en materia de armas.
La canciller no se ha pronunciado sobre otro de los actos violentos que marcaron el pasado fin de semana. A saber el asesinato con arma blanca de una mujer a manos de un refugiado sirio en lo que parece fue un crimen pasional que dejó a otras cinco personas heridas en la ciudad de Reutlingen, en el Land de Baden-Wurtemberg (suroeste germano).
Ese suceso, sin duda, reviste menos relevancia que los que han hecho percibir a la mayoría de la sociedad alemana estos días la amenaza del terrorismo, una amenaza que, según ha recordado Merkel, “no es nueva”. Así lo ha subrayado la canciller, comentado anteriores ataques de jóvenes radicalizados en Alemania, como aquel apuñalamiento el pasado mes de febrero de un policía a manos de una adolescente germano-marroquí de apenas 15 años.