Los berlineses quieren que su ciudad-estado esté regida por la izquierda. Así lo muestran los resultados de los sondeos realizados a pie de urna tras las elecciones de Berlín de este domingo. Esas encuestas señalaban que el Partido Socialdemócrata (SPD) se habría hecho con un 23,1% de los votos. Gracias a ese resultado, el SPD seguirá rigiendo la ciudad más poblada de Alemania pese a que, respecto a la anterior cita con las urnas, perdió hasta un 5,2% del apoyo del electorado.
El SPD podrá gobernar uniéndose a Los Verdes, que habrían obtenido un 16,6%, y a la formación izquierdista Die Linke, al que se atribuía un apoyo del 16,4% del electorado. En el último lustro, el SPD había gobernado en una “gran coalición” con la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel y al que los sondeos a pie de urna atribuían un 18,1% de los votos. Para los democristianos, este resultado es el peor de su historia en Berlín.
Los resultados de este domingo sacaban del poder a la CDU en Berlín y esto era algo que no tardaron en lamentar los responsables del partido de la canciller. “Los resultados muestran insatisfacción con el gobierno regional, no podemos estar satisfechos”, decía, por ejemplo, el diputado democristiano Michael Grosse-Brömer en declaraciones a la televisión pública germana. “Tendremos que evaluar los resultados”, apuntaba por su parte, el candidato de la CDU en Berlín, Frank Henkel, que dejará de ser el responsable de Interior de la ciudad-estado.
Los 66 escaños que sumarían SPD y CDU tras las elecciones de este domingo no son suficientes para gobernar el Land berlinés. No obstante, el SPD seguirá en el Gobierno de la capital. De ahí el alcalde de la ciudad-estado de Berlín, el socialdemócrata Matthias Müller, celebrara que su partido permaneciera como “primera fuerza política” en la metrópolis germana. El ministro de Economía y vicecanciller alemán, el líder socialdemócrata Sigmar Gabriel, se congratuló por que Berlín hubiera elegido seguir siendo una ciudad “social y humana”.
Cerca de 2,5 millones de habitantes de la capital alemana estaban llamados a votar este domingo. En las anteriores elecciones de Berlín, celebradas en 2011, el SPD y la CDU fueron los partidos más votados. Se hicieron, respectivamente, con un 28,3% y un 23,3% de los votos. En aquella cita con las urnas Los Verdes se alzaron como tercera fuerza política, con un 17,6% de los votos – el mejor resultado de los ecologistas en la capital –, al tiempo que la formación izquierdista Die Linke se quedaba con un 11,7% del apoyo del electorado.
En 2011, el Partido Pirata firmó una de las sorpresas de aquellos comicios consiguiendo hasta 15 diputados, cuatro escaños menos que Die Linke. Cosechó el 8,9% de los votos. Este domingo, sin embargo, la formación pirata – caída en desgracia desde hace tiempo – no superaba el 5% necesario para conseguir representación en el parlamento regional berlinés, según las primeras estimaciones. Sí lo hacía el Partido Democrático Libre (FDP), al que se veía obteniendo un 6,5% de los votos.
La caída de los piratas tiene mucho que ver con cómo la formación xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) ha sabido presentarse como fuerza política aglutinadora del voto de protesta en un contexto marcado por la crisis de los refugiados y sus consecuencias. Los berlineses, que no son ajenos al auge de este partido, abrieron este domingo las puertas del parlamento regional a esta formación, que obtenía un 11,7% de los votos, según las primeras estimaciones. La ciudad-estado de Berlín es la décima región en la que AfD logra representación.
Los comicios de este domingo estuvieron precedidos por las elecciones locales de Baja Sajonia (noroeste), donde la CDU fue la formación que más votos consiguió (34,4%). En esa cita electoral, AfD obtuvo un discreto resultado (7,8%). Para la CDU, esos comicios representaron algo de oxígeno, ya que la formación de la canciller venía de ser humillada en las elecciones regionales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental (noreste). En la votación de ese Land, AfD se superó en votos a la CDU, erigiéndose como segunda fuerza política, quedando sólo por detrás del SPD.
En Berlín, Matthias Müller partía como favorito en estos comicios. En esta cita con las urnas, Müller se exponía por primera vez al criterio de los electores, puesto que tomó las riendas de la ciudad que le dejó su predecesor, el también socialdemócrata, Klaus Wowereit. Alcalde de Berlín desde 2001, Wowereit abandonó su cargo en diciembre de 2014, lastrado por el “gran fracaso” –según sus propios términos– que supuso el todavía inservible aeropuerto Berlín Brandeburgo Willy Brandt (BER), una infraestructura mastodóntica cuyas obras están marcadas por retrasos y sobrecostes millonarios.