El ex primer ministro británico John Major (1990-97) aseguró en una cena privada en Westminster recogida por el diario The Times, que el 48% de las personas que votaron en contra de que el Reino Unido se separase de la Unión Europea merecen ser escuchados. Aseguró "no poder aceptar" que quienes votaron por quedarse "no tengan voz" en el proceso.
Estas declaraciones se producen después de que el Tribunal Superior británico dictara que el Gobierno de Theresa May debe llevar a debate en el Parlamento el brexit antes de activarlo en Bruselas, una sentencia que el Ejecutivo recurrió y contra la que argumentará dentro de dos semanas ante la justicia.
El político conservador sí cree que debe producirse el debate parlamentario y opina que no se debe cerrar la puerta a un segundo referéndum, algo que considera "perfectamente creíble". En la cena defendió que no es justo que la salida de la UE la dicte "la tiranía de la mayoría".
Por otra parte, Major aseguró que acepta que Londres ya no vaya a ser un miembro de pleno derecho del aún club de los 28, pero espera poder permanecer tan próximo como sea posible a los 27 y su mercado único. Ese es precisamente el discurso que tanto molesta en Bruselas, que se esmera en recordar que un divorcio es una separación con todas las consecuencias.
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