"La situación se ha tornado preocupante (...). Hay casi 2 metros de nieve (...). Los huéspedes están aterrorizados y han decidido quedarse al aire libre. Hemos intentado hacer lo posible por tranquilizarlos, pero al no poder marcharse con la carretera cortada, están dispuestos a pasar la noche en el coche", escribió el director del hotel italiano sepultado bajo la nieve, Bruno Di Tomasso, en un correo electrónico dirigido a las autoridades de la zona y a la policía antes de que un alud enterrara la estructura.
Había 12 habitaciones ocupadas por clientes, además del personal del hotel, informaba Tomasso en el e-mail recogido por los medios italianos. "El diesel para alimentar el grupo electrógeno debería bastar hasta mañana (...). Los teléfonos están fuera de servicio", advirtió y pidió que intervinieran. Ese mismo día un alud sepultó el hotel.
6 fallecidos, 11 rescatados y 23 desaparecidos es el último balance de la operación de salvamento que continúa en marcha en el hotel Rigopiano de Farindola, en el centro del país. Está sepultado bajo toneladas de nieve desde el miércoles, pero las autoridades consideran que aún puede haber supervivientes. Los equipos de rescate intervinieron tras varios mensajes de texto advirtiendo sobre la avalancha. Entre los rescatados, han contado que se hidrataron tomando nieve.