En solo cinco semanas, François Fillon ha pasado de ser el favorito para presidir Francia durante los próximos cinco años a un dudoso candidato del que no se espera que supere siquiera la primera vuelta el próximo mes de abril.
El golpe a lo que parecía una victoria segura frente a la extrema derecha de Marine Le Pen o el social-liberal Manuel Macron llegó hace apenas un mes, cuando la Fiscalía Financiera inició una investigación preliminar después de que el semanario francés "Le Canard Enchainé" revelara que Fillon habría contratado de forma ficticia como asistente a su esposa desde al menos finales de los años '80 por una generosa remuneración, casi un millón de euros.
Después de saber que será imputado por este caso, Fillon ha asegurado que no renunciará a la carrera presidencial y acusa a los fiscales de estar cometiendo un "asesinato político" a unas semanas de que concluya el plazo para inscribir las candidaturas y a poco más de un mes de la primera vuelta de las presidenciales.
Su familia, uno de los sólidos pilares de Fillon durante sus años en política, se ha convertido en poco más de un mes en su talón de Aquiles. Además de a su esposa, también habría retribuido a dos de sus hijos.
¿Quién es Penelope Fillon?
Antes de que estallase el escándalo sobre el empleo ficticio, conocido ya como 'Penelope Gate', todo era muy distinto. Penelope Fillon es descrita en medios como Le Figaro o Le Parisien como "ultra discreta", definida incluso como la "anti-Bruni", en contraposición a la esposa del expresidente Nicolas Sarkozy.
Nacida en Gales en 1956, Penelope Clarke estudio Derecho y conoció a su François Fillon a mediados de los años 70, durante el año que pasó en el pueblo francés de la región de Sarthe siendo asistente de Inglés en una escuela de secundaria. Penelope y François se casaron en 1980, se establecieron en Solesme, fueron padres de cinco hijos. Penelope es retratada por los medios franceses como una mujer discreta, al margen de la carrera política de su marido, aunque muy pendiente de él. Esta 'mujer en la sombra', sobria y tradicional, aceptó criar a sus hijos en el campo, alejada de la esfera política en París hasta que François fue designado ministro de Asuntos Sociales, Trabajo y Solidaridad en 2002, momento en que traslada allí su residencia.
Cuando François Fillon asumió como primer ministro en 2007 se esperaba que Penelope pasara a una primera línea, sin embargo, mantuvo con fiereza su postura sobre la privacidad, llegando a reconocer que no le agradaba ser reconocida en la calle y que incluso caminaba en la acera contraria a su marido, según medios galos. "La gente me pregunta que cuál va a ser mi nuevo rol, pero no existe tal rol", afirmó entonces Penelope Fillon. "Al final de la semana todo se habrá calmado y podré volver a la normalidad. La gente no me reconoce en la calle y no quiero que lo hagan. Me aterraría", dijo la esposa de Fillon.
No es hasta el año pasado, con las primarias francesas del partido Los Republicanos, cuando Penelope deja la sombra para ser el pilar de apoyo de su marido, su mano derecha, en una campaña que le llevó a ganar los comicios internos y ser el candidato favorito para presidir el país.
Desde el principio del escándalo, François Fillon ha defendido que lo que hizo era una práctica totalmente legal y que, incluso, otros colegas parlamentarios también han confiado cargos a sus familiares. Entiende, eso sí, que para los votantes no sea la conducta más apropiada. El revés del Penelope Gate ha hecho que Fillon pierda cinco puntos porcentuales en los sondeos, quedando fuera de la segunda vuelta, por detrás de Le Pen y Macron. Aunque lastrado, Fillon se muestra decidido a terminar la carrera presidencial.