Tusk, durante la cumbre de la UE que se celebra en Bruselas

Tusk, durante la cumbre de la UE que se celebra en Bruselas Yves Herman/Reuters

Europa Cumbre UE

Donald Tusk, reelegido presidente del Consejo Europeo pese al boicot de su país

Los líderes europeos ignoran la oposición férrea de Polonia, que se queda sin ningún aliado.

9 marzo, 2017 17:17
Bruselas

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Veintisiete contra uno. El Gobierno ultranacionalista y euroescéptico polaco del partido Ley y Justicia ha constatado su aislamiento total en la UE. Su campaña para derrocar a su compatriota, el conservador Donald Tusk, como presidente del Consejo Europeo por razones de política interna se ha saldado con un una sonora derrota. Pese a la oposición frontal de Varsovia, el resto de líderes europeos han reelegido este jueves a Tusk para otro mandato de dos años y medio, hasta finales de 2019.

"Agradecido por la evaluación positiva y la confianza que ha mostrado el Consejo Europeo. Haré todo lo posible para mejorar la UE", ha tuiteado Tusk minutos después de conocerse la decisión. El resto de líderes europeos, con la excepción de la primera ministra polaca, Beata Szydlo, se han apresurado a felicitarle a través de las redes sociales.

Pese a que su soledad era evidente desde el principio, el Gobierno de Varsovia ha llevado hasta el final su boicot contra Tusk, que fue primer ministro de Polonia entre 2007 y 2014 y tiene a Ley y Justicia como principal enemigo político. Primero presentó a un candidato alternativo, el eurodiputado Jacek Saryusz-Wolski, del mismo partido que Tusk, la Plataforma Cívica. Después, Szydlo escribió una carta al resto de jefes de Estado y de Gobierno en la que poco menos le acusaba de traidor.

"El presidente Tusk no ha demostrado la necesaria imparcialidad. Ha utilizado su cargo en la UE para intervenir personalmente en una disputa política en Polonia. No podemos aceptar esa conducta", alegaba la misiva de la primera ministra. El jueves por la mañana, su ministro de Asuntos Exteriores reclamaba un aplazamiento de la votación y amenazaba con hacer descarrilar la cumbre de la UE. Y a su llegada a Bruselas, Szydlo esgrimía que "una persona que no tiene apoyo en su país de origen no puede convertirse en presidente del Consejo Europeo".

Tras la votación, la primera ministra polaca ha tratado de bloquear en vano las conclusiones del Consejo Europeo. "No tengo miedo de quedar aislada. Al contrario. Hoy es un día que llevará a mis colegas a reflexionar, y se darán cuenta de que no vale la pena un compromiso a cualquier precio", ha dicho en rueda de prensa. Por su parte, Tusk ha optado por un tono conciliador. "Haré todo lo que esté en mi mano para proteger al Gobierno polaco de cualquier aislamiento aquí", ha asegurado.

Los países del este también abandonan a Polonia

La primera ministra polaca no tiene miedo de quedarse aislada

La primera ministra polaca no tiene miedo de quedarse aislada François Lenoir/Reuters

Se trata de una situación inédita. Es la primera vez en la historia de la UE que un Gobierno intenta derrocar a un compatriota de un alto cargo comunitario. "No queremos convertirnos en rehenes de la política nacional de Polonia. Parece un Juego de Tronos", se quejaba la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaité. Los líderes europeos valoran positivamente la trayectoria de Tusk al frente del Consejo Europeo y quieren garantizar la estabilidad con su reelección, según ha dicho el presidente francés, François Hollande, cuyo nombre había sonado para el cargo.

Incluso sus aliados más próximos del este han abandonado a Polonia, ya que consideran a Tusk como una persona sensible a los intereses de la región. El último en desertar ha sido el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, pese a que comparte la retórica nacionalista y euroescéptica de Ley y Justicia. A su llegada a la cumbre, Orbán anunciaba que apoyaría al candidato del Partido Popular Europeo, es decir, a Tusk. Syzdlo se ha reunido por separado con los líderes de denominado grupo de Visegrado (Hungría, República Checa y Eslovaquia), pero tampoco así ha logrado su respaldo.

En el trasfondo de la disputa está la animadversión personal que le profesa a Tusk el líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski. Kaczynski acusa a Tusk de ser "moralmente responsable" de la muerte de su hermano gemelo, el entonces presidente Lech Kaczynski, en un accidente de avión en Rusia en 2010. Ley y Justicia derrotó a la Plataforma Cívica en las elecciones de finales de 2015, meses después de que Tusk fuera elegido por primera vez presidente del Consejo Europeo.

Desde entonces, el Gobierno de Varsovia mantiene una dura batalla con la Comisión Europea. Bruselas ha abierto un expediente contra las autoridades polacas acusándolas de tratar de socavar la independencia del Tribunal Constitucional y la pluralidad de los medios públicos. Y Ley y Justicia ataca a Tusk por colaborar, aunque sea pasivamente, en este procedimiento sancionador.

Monopolio del PP europeo

Tusk ejerce el cargo de presidente del Consejo Europeo desde diciembre de 2014 y ha tenido que lidiar con la crisis griega de julio de 2015, el brexit o la crisis de los refugiados. A diferencia de su antecesor, el belga Herman Van Rompuy, al que le gustaba operar en la sombra, Tusk ha optado por un perfil político alto, sin rehuir las declaraciones contundentes y polémicas, que le ha llevado incluso a eclipsar al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

Con la confirmación de Tusk como presidente del Consejo Europeo, el Partido Popular se asegura el monopolio de las tres principales instituciones comunitarias, ocupadas sólo por hombres. Tanto Juncker, como el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, pertenecen a la familia popular. 

El primer ministro maltés, el socialista Joseph Muscat, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha anunciado que el Consejo Europeo discutirá en los próximos meses "el equilibrio en los nombramientos de la UE". Un debate que podría volverse contra el ministro de Economía, Luis de Guindos, que ha vuelto a la carrera para presidir el Eurogrupo, pero que también es del PPE.