"Una cosa está clara. Todos estamos interesados en que las tensiones domésticas de Turquía no acaben importadas hacia Alemania". Con esta frase, el ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, explicaba la decisión de suspender una serie de mítines de ministros y altos funcionarios turcos en el país, donde tenían previsto promocionar el próximo referéndum del 16 de abril en Turquía, que contempla la ampliación de poderes para el presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Se trata de una decisión que han aplicado otros países de la UE y que ha generado una crisis diplomática masiva. Turquía ha replicado con enorme dureza, acusando directamente de prácticas fascistas a los países europeos implicados, amenazando con sanciones y, sobre todo, con la disolución del acuerdo migratorio por el que Turquía se compromete a ejercer de estado tapón ante la llegada de personas en el Mediterráneo, a cambio de dinero, libertad de viaje y la aceleración de las conversaciones para su incorporación al bloque europeo, ahora mismo paralizadas.
El último y más grave episodio ha tenido lugar en Países Bajos durante las últimas 24 horas. Tras conocer que la ciudad de Rotterdam había prohibido su discurso ante la diáspora turca, el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, decidió viajar de todas maneras en avión solo para descubrir que las autoridades le habían negado el permiso de entrada. La situación escaló horas después cuando las autoridades repitieron la jugada con la ministra de Familia, Fatma Betül Sayan Kaya, escoltada hasta el consulado cuando intentaba llegar por carretera.
El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, calificó este domingo a Holanda de "república bananera" y dijo que el país europeo "pagará un precio" por haber impedido un mitin político de dos ministros turcos en la localidad holandesa. En un discurso ante sus seguidores en la ciudad de Kocaeli, al peste de Turquía, Erdogan dudó que se puedan normalizar pronto las relaciones entre ambos países, ambos miembros de la OTAN.
"¿Qué queréis arreglar? Vamos a ver, todavía no habéis pagado el precio. Antes tendréis que pagar la factura", señaló el presidente turco, impulsor una reforma constitucional para crear un sistema presidencialista de Gobierno en el país.
Según Erdogan, Holanda "no se comportó como un Estado de derecho, miembro de la Unión Europea (UE), sino como una república bananera".
El primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, quien enfrenta este miércoles elecciones generales, dijo este domingo ante la prensa que desea reducir la tensión con Turquía aunque no se disculpó explícitamente por lo sucedido. "Queremos desacelerar, pero si los turcos insisten en escalar (la tensión diplomática), responderemos con las medidas adecuadas", advirtió Rutte.
"Si sacrifica su relación con Turquía por las elecciones (del 15 de marzo), va a pagar el precio", le respondió Erdogan.
"Occidente ha mostrado su cara verdadera. Pensaba que el nazismo ha terminado pero me equivoqué. De hecho el nazismo está volviendo en Occidente", concluyó el presidente turco, quien acusó esta semana también a Alemania de ser nazi por una prohibición similar de un mitin de un ministro turco en ese país.
Erdogan y el gobernante partido de Justicia y Desarrollo (AKP) promueven un cambio constitucional en Turquía para crear un sistema presidencialista de Gobierno, sobre el que se celebrará un referéndum el próximo 16 de abril.
En respuesta, el Gobierno turco cerró la embajada de Países Bajos, recomendó al embajador que no tuviera prisa en volver, y la cúpula del Gobierno turco lamentó la actitud absolutamente antidemocrática ejercida no solo por Alemania y Países Bajos, sino también por Austria, Suiza -donde Cavusolgu ha suspendido su visita- y Suecia, donde el dueño del local donde el número dos del partido del Gobierno turco iba a pronunciar su discurso ha decidido suspender el evento.
El propio Çavusoglu acusó este domingo al Gobierno holandés de violar la Convención de Viena al no permitir a la ministra de Familia acceder al consulado de Rotterdam.
"Nuestro encargado de negocios consular y nuestra ministra no pudieron acceder a su propio consulado. Además, el cónsul, que estaba dentro, no pudo salir, no le dieron permiso. Esto es una violación total de la Convención de Viena", dijo Çavusoglu. "Estas prácticas son racismo. Son xenofobia, hostilidad al islam, vulneración de la democracia, violación de las libertades", dijo el jefe de la diplomacia turca.
Disturbios en Rotterdam a días de las elecciones generales
En Rotterdam, en la noche del sábado, cerca de 2.000 personas se congregaron ante el consulado turco para protestar por el maltrato del que ha sido objeto la ministra turca. La Policía tuvo que intervenir con perros y cañones de agua.
La ciudad portuaria amanecía este domingo con relativa tranquilidad y visibles daños materiales en las calles. En la Plaza 1940, a tan solo unos metros del consulado turco, se apreciaba un importante desorden, como varias partes de la acera destruidas, cristales rotos y papeleras tiradas en el suelo.
El alcalde de la ciudad, Ahmed Aboutaleb, aseguró que se siente "vergonzosamente engañado" por el cónsul turco, que le había dicho que "no preveía" ningún acto en la ciudad, pero después llamó a los medios holandeses para que acudieran al consulado a cubrir la protesta.
El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, a pocos días de unas elecciones donde compite codo con codo con el islamófobo y euroescéptico Geert Wilders, ha llamado a la calma pero ha asegurado que "no dejaremos que nadie nos chantajee". Wilders, por su parte, ha aprovechado la inercia de esta situación para exacerbar su mensaje: "Por mí, que esa mujer no vuelva", en referencia a la oficial. El próximo miércoles se pronuncien en las urnas cerca de 500.000 inmigrantes turcos, residentes en Países Bajos con doble nacionalidad.
Aun así, Rutte asegura que quiere "calmar la tensión" diplomática, aunque amenaza con "responder con las medidas adecuadas" si las autoridades turcas persisten en su actitud hacia los Países Bajos.
"Queremos desacelerar, pero si los turcos insisten en agudizar la tensión, responderemos adecuadamente", dijo el jefe del Gobierno holandés. Rutte informó de que el sábado habló "ocho veces por teléfono" con su homólogo turco para intentar "llegar a una solución dialogada" con Turquía.
Francia pide calma y permite un mitin en Metz
Frente a las oposiciones en Holanda o Alemania, el Gobierno de Francia defendió la celebración del mitin en Metz del ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, al que Holanda denegó el permiso de aterrizaje en su territorio.
"Francia es un Estado de Derecho (...). En ausencia de una amenaza confirmada contra el orden público, no había razón para prohibir esta reunión que no presentaba ninguna posibilidad de injerencia en la vida política francesa", indicó el ministro de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, en un comunicado.
El encuentro en Francia sobre el referéndum promovido por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para reformar la Constitución y convertir Turquía en una república presidencialista, está organizado por la sección de la región de Lorena de la asociación Unión de los Demócratas Turcos Europeos (UETD).
"Ante la tensión existente actualmente entre Turquía y varios Estados miembros de la Unión Europea (UE), Francia hace un llamamiento a la calma e invita igualmente a las autoridades turcas a evitar los excesos y las provocaciones", dijo Ayrault.
Colocan la bandera turca en el consulado holandés de Estambul
Y culminando la situación diplomática entre ambos países, este domingo un desconocido subió al tejado del consulado de Holanda en el centro de Estambul y cambió la bandera holandesa por la turca al grito de "Alá es el más grande" (Alah u-Akbar), según relata el diario Hürriyet.
En un vídeo enlazado en la página web del diario se ve ondear la bandera de Turquía sobre el edificio de la legación neerlandesa, mientras se ve a un hombre subido al tejado gritando esos lemas.
Poco antes de las 13.00 hora local (10.00 GMT), la bandera de Holanda volvía a ondear en su lugar indicado, según pudo comprobar Efe.