Solo faltaba un formalismo, la sanción de la reina Isabel II. La jefa del Estado ha sancionado este jueves la ley del brexit, que autoriza al Gobierno a comunicar a Bruselas que activa la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), según ha indicado el Parlamento.
El Parlamento británico aprobó el lunes la llamada "Ley de la Unión Europea (Notificación sobre la salida), después de que entrase en la Cámara de los Comunes el pasado 26 de enero y fuese tratada por diputados y lores con carácter de urgencia.
Durante el trámite parlamentario, los diputados rechazaron el lunes las dos únicas enmiendas de la ley, que exigían al Gobierno asegurar los derechos de los ciudadanos comunitarios y permitir al Parlamento votar sobre el futuro acuerdo de salida de la UE.
La ley fue aprobada con carácter de urgencia después de que el Tribunal Supremo de Londres dictaminase el pasado enero que la primera ministra británica, Theresa May, necesitaba el permiso del Parlamento para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia los dos años formales de negociaciones sobre la salida de un país comunitario del bloque europeo.
El pasado martes en la Cámara de los Comunes, May informó a los diputados de que la reina Isabel II sancionaría la legislación en unos días y que ella volverá al Parlamento a finales de mes, sin precisar el día, para comunicar que ha activado el "brexit".
Una vez que May informe a Bruselas, se espera que 48 horas después la Comisión Europea responda a la notificación.
Según los medios británicos, la "premier" quiere esperar a que terminen las celebraciones sobre el 60 aniversario del Tratado de Roma de la próxima semana para activar el "brexit".
Primeras negociaciones
Entre las primeras medidas que May quiere negociar con los 27 es la situación legal de los comunitarios que viven en el Reino Unido y de los británicos que residen en otros países europeos.
Además, la jefa del Gobierno ha confirmado que el Reino Unido tiene intención de salir del mercado único europeo a fin de poder controlar la inmigración, uno de los principales argumentos en la campaña para el referéndum europeo celebrado el pasado 23 de junio. El Reino Unido votó a favor de salir del bloque europeo, aunque Escocia e Irlanda del Norte apoyaron la permanencia en la UE.
Ante esta situación, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, informó esta semana de que promocionará legislación para poder convocar otro referéndum sobre la independencia escocesa entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019, tras el primero celebrado en 2014, en el que los escoceses rechazaron la escisión. Sturgeon, del Partido Nacionalista Escocés (SNP), ha indicado que no quiere que Escocia quede fuera del mercado único.