Malta celebra este sábado elecciones generales anticipadas después de que el primer ministro, el socialista Joseph Muscat, decidiera convocarlas tras verse salpicado por un escándalo de corrupción vinculado con los llamados 'papeles de Panamá'.
Los comicios tienen lugar casi un año antes de que concluya la legislatura en marzo de 2018 y responden a la voluntad de Muscat de llamar a los electores a las urnas para tratar de recuperar su apoyo después de que su esposa, Michelle, apareciera en abril en los citados 'Papeles de Panamá" como propietaria de una empresa fantasma.
La decisión fue justificada por Muscat no tanto por las acusaciones sino por la necesidad de evitar que la inestabilidad política se instalara en el país.
Fue un golpe de timón para un Gobierno al que de momento las encuestas le dan ventaja sobre la oposición: tal y como publica el diario local Malta Today, el gubernamental Partido Laborista supera en cinco puntos porcentuales al Partido Nacionalista en intención de voto, aunque aún un 22 % de los electores están indecisos.
Según este sondeo, el Partido Laborista ganará con el 41,1 % de los sufragios, frente al 36,9 % que obtendrá el Partido Nacionalista. Aún así, Muscat se ha esforzado en los últimos días de campaña en pedir a sus votantes que ignoren "los sondeos y participen activamente el sábado".
"Lo que importa es su voto el sábado, vayan a votar temprano, así durante todo el día convenceremos a más personas para que acudan a las urnas", dijo Muscat.
Malta, un pequeño territorio insular ubicado en el centro del Mediterráneo, entre Italia y África, cuenta con unos 423.000 ciudadanos y es Estado miembro de la Unión Europea desde mayo de 2004.
Actualmente ostenta la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, pero además acapara la atención mediática desde hace meses por haber sido señalada por la red de medios European Investigative Collaborations (EIC) como refugio para supuestas prácticas de fraude y evasión fiscal.
Evasión fiscal y corrupción
De hecho, la mencionada red de medios publicó en mayo los 'papeles de Malta', donde describía a la pequeña isla como un paraíso desconocido de "la evasión fiscal y la corrupción".
La acusación fue la gota que colmó el vaso y llegó hasta Bruselas, donde la Comisión Europea se mostró deseosa de conocer más información sobre esta supuesta práctica que, de confirmarse, sería "preocupante", dijo.
Esta acusación cayó como un jarro de agua fría en un país que vive desde hace meses un cruce de denuncias e inculpaciones entre el Gobierno y la oposición.
Muscat se encuentra en el centro del interés informativo después de verse involucrado en un escándalo de corrupción que implicó en un primer momento al ministro de Energía, Konrad Mizz, y posteriormente a su mujer.
Los indecisos, clave
Ahora, trata de volver a ganar las elecciones para verse legitimado por la población y, aunque las encuestas le dan todavía ventaja sobre el principal partido de la oposición, el Partido Nacionalista está ganando apoyos y el número de indecisos podría ser determinante.
De hecho, el diario maltés Malta Independent advertía recientemente de que "gane quien gane es muy probable que lo haga por un margen muy reducido en comparación con las últimas elecciones de 2013".
"Cuando Joseph Muscat no encuentra maneras de defenderse, echa barro sobre nosotros. Pero sabemos que el barro no se adhiere a las personas con integridad", reflexionó en uno de los últimos mítines de campaña el líder del Partido Nacionalista, Simon Busuttil.
El programa electoralista de Muscat
Frente a las acusaciones, Muscat ha presentado un programa de Gobierno para los próximos cinco años que incluye una significativa reducción de impuestos generalizada para las personas que ganen menos de 60.000 euros al año y un aumento en las pensiones de hasta ocho euros más por semana.
Además, entre sus promesas electorales estrellas están la de renovar la pavimentación de las carreteras de Malta y Gozo, y la de dar a los trabajadores de nuevo los días festivos que caen en fin de semana.
Finalmente, ha anunciado nuevas medidas para incentivar la inversión privada y ha garantizado un superávit presupuestario para el próximo lustro.