La Unión Europea no tiene nada que perder en las elecciones británicas de este jueves y podría incluso salir ganando si la primera ministra, Theresa May, queda debilitada y se ve obligada a flexibilizar su posición. May convocó los comicios con el propósito de hundir a los laboristas y reforzarse frente a Bruselas de cara a las negociaciones del brexit. Pero su ventaja inicial de más de 20 puntos se ha desplomado en los últimos días hasta una diferencia mínima, según las últimas encuestas, debido a una campaña que la mayoría de analistas tachan de nefasta.
Al mismo tiempo, la candidata conservadora ha endurecido el tono contra sus socios europeos como táctica para ganar votos, lo que ha causado indignación entre los 27 y en las instituciones comunitarias. Acusa a los "burócratas de Bruselas" de ser "agresivos" y promete comportarse como una "mujer muy difícil" durante las negociaciones de divorcio. Es más, amenaza con levantarse de la mesa a las primeras de cambio si no le gusta la actitud de la UE. "Un no acuerdo es mejor que un acuerdo malo", ha repetido constantemente May durante la campaña.
Si se confirma la victoria por la mínima que pronostican los sondeos, el resultado será "una extrema debilidad de la posición interna de May, que lo que quería era reforzarse, es decir, que le sale el tiro por la culata", asegura a EL ESPAÑOL el eurodiputado de Ciudadanos Javier Nart. "Y esa debilidad interna da como consecuencia una mayor debilidad en la negociación con la UE. Los planteamientos absolutamente fuera de la realidad de la señora May han servido para reforzar más la voluntad unitaria de los países de la UE. Gran Bretaña es el negociador débil respecto a Europa", sostiene Nart.
"La Unión Europea se juega poco en las elecciones británicas. Lo único que supondría un cambio radical sería una victoria del laborista Jeremy Corbyn, algo que parece poco probable aunque se haya acercado en las encuestas", explica a este periódico Pol Morillas, investigador del Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona (CIDOB).
"Si gana May con una mayoría justa habrá sido un fracaso respecto a su objetivo principal con estas elecciones, que era reforzarse, tener un control total del Gobierno y deshacerse de sus críticos. Y si consigue una mayoría más amplia, en el fondo estaremos en el mismo punto: con un Gobierno conservador que quiere un brexit duro y a punto de empezar unas negociaciones muy difíciles en las que hay pocos puntos de coincidencia entre Bruselas y Londres", señala Morillas.
El inicio de las conversaciones de divorcio ya tiene fecha: será el 19 de junio, apenas 11 días después de los comicios, según ha anunciado el negociador jefe de la UE, Michel Barnier. Bruselas ha aprobado un completo plan de negociación y acaba de publicar su posición de partida sobre los dos primeros temas que quiere abordar: los derechos de los ciudadanos europeos que residen en Reino Unido y de los británicos que viven en el continente; y la factura de salida para Londres, que podría ascender a 100.000 millones de euros.
En contraste, en Bruselas se considera que el Gobierno británico está poco preparado y y no es consciente de las dificultades del brexit, según constató el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, durante una reunión con May a finales de abril en Londres. La filtración de los detalles de este encuentro a la prensa alemana enfureció a la primera ministra británica, que ha acusado a la UE de interferir en campaña electoral.
¿Hacia una ruptura temprana?
Pero lo cierto es que la candidata tory todavía no ha concretado cómo piensa proteger los derechos de los ciudadanos afectados por el brexit. Tampoco reconoce la factura de salida, pero no propone alternativas. Bruselas y Londres ni siquiera están de acuerdo en el orden de las negociaciones. Los 27 quieren pactar primero las condiciones de la salida y sólo a continuación hablar de las relaciones futuras. Los británicos quieren abordar ambas cuestiones de forma simultánea.
¿Puede conducir el aumento de la tensión y el enfrentamiento durante la campaña a una ruptura temprana de las negociaciones si se confirma la victoria de May? En Bruselas consideran que el choque de trenes es inevitable, en particular sobre la factura de salida, pero pocos se creen la amenaza de la primera ministra de marcharse sin pacto. "Si no llegan a un acuerdo con la UE quedan excluidos dramáticamente. En dos años, cae la guillotina, están out. Así que un mal acuerdo para Gran Bretaña es mucho mejor que ningún acuerdo", sostiene Nart.
El escenario sería totalmente distinto si las encuestas vuelven a equivocarse (ya lo hicieron en las anteriores elecciones de 2015 y en el referéndum del brexit) y Corbyn gana por sorpresa. Los laboristas abogan por un brexit blando: garantizar de inmediato los derechos de los europeos y mantener a Reino Unido en el mercado único y la unión aduanera. Al mismo tiempo, quieren limitar en el futuro la entrada de comunitarios. Los dos objetivos son incompatibles para el resto de socios europeos.
"Corbyn no cuestiona el brexit, pero defiende una opción más realista y constructiva, sobre todo con una mayor atención a los derechos de las personas directamente afectadas por la tragedia del brexit, que son los ciudadanos británicos en Europa o los europeos en Gran Bretaña", resalta el eurodiputado de Ciudadanos.
El impacto del terrorismo y la seguridad
La gran paradoja es que todos en la UE dan por segura la victoria de May y por tanto no están preparados para un triunfo por sorpresa de Corbyn. El propio presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tiene dicho que la única alternativa a un brexit radical pasa por que Londres se quede. "La opción de un brexit blando que plantea Corbyn no la defiende ahora nadie entre los 27", apunta el investigador del CIBOD.
La otra gran incógnita es el impacto en las negociaciones del brexit de los últimos atentados yihadistas en Londres y Manchester. Al salir de la UE, Reino Unido quedará también fuera de Europol y de la euroorden de detención y entrega y ya no tendrá acceso a las bases de datos policiales comunitarias. Tanto May como los 27 se han marcado como prioridad lograr un acuerdo en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo. Pero si las negociaciones se rompen de forma prematura, la colaboración antiterrorista se paralizará.
Los recientes ataques podrían reforzar la posición dura de May, pero al mismo tiempo sirven de recordatorio de la importancia de mantener la cooperación entre Bruselas y Londres. "Tras los atentados, la primera ministra británica tiene todavía más claro que hay ciertos aspectos de la colaboración con la UE en materia de seguridad, intercambio de información y lucha antiterrorista que hay que preservar", señala Morillas.