Averías recurrentes en los sistemas de calefacción y aire acondicionado. Escapes de agua en los baños. Paneles de techo que se caen. Goteras. Deterioro general de las instalaciones. El edificio principal del Parlamento Europeo en Bruselas se construyó hace 24 años por 303 millones (como parte de un complejo cuyo coste total ascendió a 1.000 millones de euros), pero tiene ya graves problemas que exigen una rehabilitación en profundidad o incluso su demolición para construir una nueva sede. Sin embargo, los dirigentes de la Eurocámara han aplazado indefinidamente cualquier solución definitiva por miedo a que el alto coste de los trabajos -hasta 430 millones de euros- dé munición a los partidos populistas y eurófobos.
El edificio en cuestión alberga el hemiciclo en el que se celebran los plenos del Parlamento en Bruselas; el gabinete del presidente, el conservador italiano Antonio Tajani; y la sala de prensa. Se llama Paul-Henry Spaak (o PHS), en homenaje a este político belga considerado uno de los padres fundadores de la Unión Europea. Pero los belgas han rebautizado esta sede como ‘El capricho de los dioses’, no por el despilfarro en su construcción, sino porque su forma ovalada recuerda a la de la caja de una conocida marca de quesos del mismo nombre.
Para el secretario general de la Eurocámara, el alemán Klaus Welle, el estado actual del PHS es tan precario que la mejor solución ya no es la rehabilitación sino la reconstrucción completa. "Cualquier estructura que no tiene el grado requerido de solidez se comportará como una fila de dominó: cuando ocurra un accidente, la destrucción de un elemento resultará en la destrucción de los elementos de alrededor en una reacción en cadena que continuará hasta que gran parte/toda la estructura quede destruida", avisa Welle en una nota confidencial que ha sido publicada por Politico.
El refuerzo mínimo que necesita la sede para prevenir un hundimiento total por este efecto dominó costaría 30 millones de euros. El precio de demoler y reconstruir por completo el PHS se ha cifrado en 430 millones, según los cálculos de los informes técnicos que maneja la propia institución.
Los problemas del PHS ha sido debatidos esta semana -en concreto el lunes- por la mesa de la Eurocámara, que reúne al presidente Tajani y a los 14 vicepresidentes. Allí se han presentado dos estudios sobre el estado del edificio y se han discutido las diferentes opciones con un experto en la materia. Pero de momento no hay decisiones. En su lugar, la mesa ha pedido un nuevo informe que incluya las tres posibles alternativas con sus respectivos presupuestos: mantener el statu quo, rehabilitación o reconstrucción, según ha informado el Parlamento Europeo.
"Para asegurar que se toma la decisión más acorde a los criterios técnicos, se solicitó al secretario general que presente propuestas detalladas acerca de cada una de las opciones que se encuentran sobre la mesa. También se le pidió que continúe aplicando todas las medidas necesarias para asegurar la seguridad del edificio", explica a EL ESPAÑOL uno de los vicepresidentes de la Eurocámara, el eurodiputado del PP Ramón Luis Valcárcel.
Los problemas crecen
La primera señal de alarma del rápido deterioro del PHS saltó en verano de 2012, cuando se detectaron grietas en varias vigas del techo del hemiciclo, situado en la primera planta, durante una inspección rutinaria. Tanto la sala de plenos como los despachos situados en el piso inferior, así como el bar de prensa, se cerraron de inmediato. Las obras de refuerzo de la estructura del plenario duraron casi dos años y han tenido un coste de 2,5 millones de euros. En ese periodo se anularon los seis mini plenos anuales que se celebran en Bruselas.
Desde entonces, los problemas del edificio han seguido creciendo. "El Parlamento está ya experimentando a diario los problemas ligados al estado general de deterioro del edificio y a sus defectos de construcción, por ejemplo la estructura de madera del techo del hemiciclo, las fugas de agua o las averías en los sistemas de calefacción”, aseguraba Welle en otro informe elaborado en 2015. Las instalaciones del PHS “cada vez se ajustan menos a las necesidades de un Parlamento moderno” y “su pobre eficacia medioambiental ya no puede justificarse”.
Pero la renovación o reconstrucción del PHS se ha convertido en un expediente tóxico. En Bruselas preocupa su elevado coste y el impacto que tendría la imagen de nuevas obras faraónicas sobre una opinión pública cuyo euroescepticismo ha crecido durante los años de la crisis y la austeridad propugnada por la UE. Tampoco se quieren dar argumentos a los partidos populistas y eurófobos que denuncian el despilfarro de las instituciones comunitarias. Y aunque la vida útil del edificio concluirá definitivamente en 2019 según los informes técnicos, los dirigentes de la Eurocámara han optado por la táctica de la patada hacia adelante. "No se espera ninguna decisión a corto plazo. Quizá tampoco a medio plazo", explican a este periódico fuentes parlamentarias.
Tres sedes
La polémica sobre el futuro del PHS se suma al debate sobre las tres sedes que tiene ahora la Eurocámara: una en la ciudad francesa de Estrasburgo, en la que celebra sus plenos durante una semana al mes; otra en Bruselas, donde trabajan normalmente los eurodiputados y tienen lugar las comisiones parlamentarias; y la tercera en Luxemburgo, que alberga a parte de los servicios administrativos. El propio Parlamento ha pedido sin éxito acabar con este despilfarro y concentrar toda la actividad en Bruselas.
La dispersión geográfica de la Eurocámara provoca costes adicionales de entre 156 y 204 millones, equivalentes al 10% del presupuesto anual de la institución, según un informe del propio Parlamento. Los plenos en Estrasburgo obligan a transportar a cerca de 5.000 diputados, personal y funcionarios, así como un gran número de documentos transportados en ocho camiones. Todo ello genera emisiones de CO2 adicionales de entre 11.000 y 19.000 toneladas.
Pero la decisión sobre su sede no depende de la Eurocámara sino de los jefes de Estado y de Gobierno de los 28. Y Francia veta cualquier intento de cuestionar las reuniones en Estrasburgo. Los eurodiputados ya se han dirigido al nuevo presidente galo para que cambie de posición. "Querido Emmanuel Macron! Hoy 751 eurodiputados y miles de miembros de personal van a Estrasburgo para una sesión plenaria de cuatro días. ¿Podemos cambiar esto?", ha escrito el parlamentario verde alemán Jan Albrecht.
Este artículo ha sido modificado para reflejar la siguiente corrección: el coste de construcción del edificio PHS ascendió a 303 millones de euros. Los 1.000 millones de los que hablaba originalmente la noticia se refieren al precio de todo el complejo de la Eurocámara en Bruselas.