La ministra de Justicia de Portugal: “Crear guetos es lo peor que le puede pasar a Europa”
"La UE debe prepararse para responder al terrorismo pero manteniendo su matriz humanista" / "El colonialismo es un periodo histórico que terminó. No puede haber resentimientos".
18 junio, 2017 02:40Noticias relacionadas
Francisca Van Dunem (Luanda, 1955) nació en Angola cuando el país africano todavía formaba parte del imperio portugués. Vivió la guerra de independencia y hoy es ministra de Justicia en Portugal. Ostenta la cartera desde 2015, con la llegada al poder del Partido Socialista de António Costa. Es la primera mujer negra que integra un Ejecutivo portugués.
Estudió derecho en Lisboa y desarrolló una extensa carrera como fiscal en Portugal. Formó parte del equipo del fiscal general de la República y dirigió el Departamento de Investigación y Acción Penal de la capital lusa.
Van Dunem defiende la promoción de políticas sociales y un discurso plural para ayudar a prevenir el terrorismo. Reconoce que “Portugal no tiene en este momento problemas con fenómenos terroristas” y asegura que la respuesta al terrorismo debe encuadrarse en el respeto a los derechos humanos que identifican a Europa.
La ministra se sentó con EL ESPAÑOL durante una reciente visita a Madrid para recoger el premio honorífico 'Pedro Zerolo' del Grupo Federal AfroSocialista del PSOE.
En su opinión, ¿cómo debe la Unión Europea combatir el terrorismo?
El terrorismo es probablemente uno de los desafíos más importantes que la justicia afronta en la Unión Europea, porque, siendo un fenómeno con características profundamente destructivas, que entra en nuestra casa, que sucede de forma inesperada, genera en la gente sentimientos de gran inseguridad y, muchas veces, una respuesta simétrica. Y no dar una respuesta simétrica es justamente el gran desafío que tiene la Unión Europea.
La Unión Europea necesita prepararse para responder adecuadamente a los peligros del terrorismo pero mantener [a la vez] su matriz europea y humanista. Encontrar respuestas que se encuadren dentro de la Carta Europea de los Derechos Fundamentales.
Aquí hay una cuestión que es extraordinariamente importante y que tiene que ver con la prevención situacional [estrategias de prevención que buscan reducir las oportunidades del terrorista de llevar a cabo su cometido] y, obviamente, a nivel de prevención primaria, que se relaciona con las condiciones de vida, las condiciones sociales y, sobre todo, con los asuntos de igualdad, del acceso, la promoción de derechos. Tiene que haber políticas sociales muy activas que impidan que haya grupos que acaben en guetos, porque la 'guetización' de grupos es lo peor que nos puede pasar en una Europa que es cada vez más diversa.
Es necesario que haya un discurso político sin miedo que sea capaz de tener la dimensión de las cuestiones humanitarias que están por detrás de determinados fenómenos migratorios
Usted formó parte del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia. ¿Cómo podemos evitar la creación de guetos y la radicalización?
El impedimento de la creación de guetos y la radicalización pasa por un discurso político de integración. Es necesario que haya un discurso político sin miedo que sea capaz de tener la dimensión de las cuestiones humanitarias que están por detrás de determinados fenómenos migratorios.
Se trata de que haya políticos que sean capaces, como dirigentes que son, de hacer un discurso abierto, transparente y que permita que la gente pueda distinguir a los refugiados y seres humanos que vienen en busca de mejores condiciones de vida de eventuales grupos terroristas y peligros que aparezcan asociados a estos fenómenos migratorios.
Aparte del terrorismo, ¿cuáles son los otros grandes desafíos que la justicia afronta en Europa?
La justicia afronta también problemas asociados a una masificación del recurso a la justicia y dificultades que derivan de esa circunstancia y otro tiene que ver con los costes de la justicia.
Lo que ocurre es que el acceso a la justicia está más facilitado y a medida que se fue facilitando los tribunales también pasaron a estar inundados de causas. Hubo momentos en que se dejó de recurrir a los tribunales clásicos y se pasó al arbitraje y otras formas de resolución de litigios. Pero uno de los grandes problemas actuales de la justicia europea está relacionado con el tiempo elevado de las resolución de los procesos. Pienso que esa es una cuestión transversal que ocurre en muchos países europeos.
Estoy a favor de una integración europea que sea la mayor posible y que no sea a varias velocidades
Usted es la primera mujer negra que integra un Gobierno en Portugal. Por otro lado, Londres tiene un alcalde musulmán de origen pakistaní. Sin embargo, en España las minorías no tienen presencia en el poder político. ¿Qué estamos haciendo mal?
Aunque esté aquí a título personal, yo nunca podría venir a España a decir qué hacen mal los españoles. Sería una extrema falta de cortesía que nunca podría cometer.
Usted creció en Angola y sufrió la guerra con Portugal (1961-1975). Ahora es ministra en un Ejecutivo portugués. ¿Es posible reconciliarse con un país que hasta hace poco dominaba su tierra natal?
No veo ningún problema. Todo tiene un momento y hay un momento en que la mayoría de los países europeos tienen colonias: las grandes potencias europeas son justamente potencias coloniales. Por tanto, eso es un periodo histórico que terminó en un punto determinado cuando tenía que terminar. Y creo que a partir de ese momento es importante que nuestros países independientes se relacionen con la antigua potencia colonial en un plano de perfecta igualdad. No puede haber resentimientos, porque la historia es la que es.
El colonialismo es un periodo histórico que terminó en un punto determinado cuando tenía que terminar. No puede haber resentimientos, porque la historia es la que es
Había quien dudaba de que Portugal podía progresar con un Gobierno de izquierda. Sin embargo, recientemente la Comisión Europea recomendó que Portugal fuese retirado del procedimiento por déficit excesivo. ¿Cómo ha sido esto posible?
Eso son cuestiones de economía, no son propiamente cuestiones de justicia. La salida de Portugal del procedimiento por déficit excesivo deriva de cuestiones de política económica y de una coyuntura claramente favorable, de un ambiente de mayor confianza a nivel nacional.
Con Reino Unido en vías de salir de la UE, algunos Estados miembros proponen la creación de una Europa de dos velocidades. ¿Respalda usted esta propuesta? ¿Y Portugal formaría parte de ese núcleo de países que se integrarían con mayor rapidez?
Está el Libro Blanco [elaborado presentado por la Comisión Europea hace unos meses] que contiene varias propuestas sobre el futuro de Europa. Estas propuestas no son irreconciliables entre sí. Pienso que es posible encontrar en todas las hipótesis presentadas aspectos más positivos y menos positivos.
Ahora bien, claramente estoy a favor de una integración que sea la mayor posible y que no sea, obviamente, a varias velocidades.