Un frigorífico defectuoso fue el origen del incendio que ha acabado con la vida de 79 personas en el incendio de una torre de viviendas del oeste de Londres la semana pasada. Así lo ha confirmado oficialmente la policía de Londres, que sigue investigando por qué las llamas se propagaron de forma tan rápida por la torre Grenfell, de 24 plantas.
La investigación apunta directamente al revestimiento del edificio como probable culpable de esta rápida expansión de las llamas. La remodelación del exterior se había producido hace tan sólo un par de años.
La prensa británica ya había especulado con la posibilidad de que un electrodoméstico de un apartamento de la cuarta planta fuera el origen de las llamas. Algunas hipótesis, aún sin confirmar, apuntan que el edificio tenía un fallo eléctrico que aumentaba la tensión de los aparatos electrónicos, tal y como han denunciado otros vecinos que pudieron escapar del incendio.
La policía también ha indicado este viernes que la torre de viviendas, dónde vivían más de 400 personas según las estimaciones, no ha pasado ninguno de los controles de seguridad contra incendios que se han realizado tras el desastre.
Las autoridades están considerando el cargo de homicidio entre los posibles delitos que se han cometido en este incendio.