La primera ministra británica, Theresa May, y la líder del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, Arlene Foster, han cerrado este lunes un pacto de estabilidad para permitir a los conservadores gobernar en minoría.
El apoyo a los conservadores se produce a costa de más de 1.000 millones de libras en financiación extra para el Ulster, la protección de las pensiones, el mantenimiento de las ayudas a los ancianos para costear los gastos de calefacción y el apoyo a los veteranos.
"El acuerdo que hemos logrado es muy, muy bueno", ha celebrado May. "Estamos entusiasmados de haber logrado este acuerdo, que, pienso, contribuye obviamente a la estabilidad nacional", ha señalado Foster.
Foster declaró a Sky News a su llegada a la capital británica que el acuerdo entre ambos partidos estaba cerca y sería "público" y "transparente". "Estamos de vuelta en Londres y mi esperanza es que podamos finalizar un acuerdo con el Partido Conservador", afirmó la líder unionista.
Foster rechazó que el pacto de gobernabilidad con los tories vaya a impedir alcanzar un acuerdo para formar un Gobierno autonómico de poder compartido en Belfast, para lo que hay de plazo hasta el 29 de junio.
"Creo que este acuerdo (con Londres) va a mejorar las perspectivas de lograr un acuerdo en Stormont (sede de la Asamblea norirlandesa), pues va a tener un impacto positivo para Irlanda del Norte", aseguró. "Espero que esta semana acabe no con uno, sino con dos acuerdos", apostilló.
El Gobierno de May necesita el apoyo de los diez diputados del ultraconservador DUP norirlandés, pro-británico y protestante, tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones generales del 8 de junio.
El reto del 'brexit'
May ha logrado cerrar el pacto con el DUP antes de que el Parlamento de Londres vote sobre el proyecto legislativo del Ejecutivo para los próximos dos años, que incluye amplia legislación sobre el brexit.
El pacto entre ambas formaciones ha sido criticado tanto por la oposición política, encabezada por el Partido Laborista, como por varios tories, como el ex primer ministro John Major, que dice que amenaza el acuerdo de Viernes Santo de 1998, que puso fin a tres décadas de conflicto armado en Irlanda del Norte.
El acuerdo de paz norirlandés exige al Gobierno de Londres ser un árbitro imparcial de la política de la región.
El republicano y católico Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), ha acusado a May de haber roto los principios del acuerdo de Viernes Santo y se muestra desconfiado en las negociaciones para restablecer el poder en Belfast.
Paralelamente, la líder conservadora en Escocia, Ruth Davidson, que es homosexual, pidió garantías a May de que no perjudicaría los derechos sociales en el pacto con el DUP, que se opone al aborto y a las uniones homosexuales y es escéptico sobre el cambio climático.