Vuelta a empezar. La pesadilla burocrática para que los ciudadanos europeos puedan quedarse en Reino Unido después del brexit se repite. Después de que cerca de 150.000 europeos hayan obtenido su permiso de residencia permanente ahora deberán iniciar un proceso diferente que marque su estatus como el de ‘asentado’. Theresa May dio este lunes más detalles sobre su oferta sobre los derechos de los más de tres millones de expatriados comunitarios en Reino Unido, que exigirá registrarse con las autoridades.
De nada ha servido para cientos de miles de europeos haber rellenado un formulario de 85 páginas y demostrado su estancia continuada en Reino Unido por medio de un laborioso proceso que garantizase su derecho a quedarse en el país de forma permanente. El Gobierno creará un sistema online que dará la opción a obtener el permiso indefinido de residencia a los que lleven al menos cinco años viviendo en el país.
Quienes todavía no hayan cumplido los cinco años pero hayan llegado antes de una fecha de corte aún por determinar tendrán que solicitar el permiso de residencia temporal y, una vez transcurridos los cinco años, emprender este proceso anunciado este para obtener el estatus de ‘asentado’.
El nuevo sistema elimina alguno de los requisitos más engorrosos como el de tener que haber contratado un seguro médico si no se ha trabajado durante la estancia en el país. Este es un aspecto especialmente importante para estudiantes y gente que vive con sus padres. Sin embargo, todavía hay muchos detalles por conocer y no ha sentado muy bien entre quienes creían que habían cumplido ya con los trámites burocráticos.
La fecha de corte es un aspecto que tendrá que negociarse con la Unión Europea pero el marco en el que se trabaja es entre la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que ocurrió el 29 de marzo de este año, y el 29 de marzo de 2019. Exactamente dos años después, tal y como establecen los tratados europeos.
El carné, polémico en Reino Unido
Aquellos ciudadanos que adquieran el permiso de quedarse ante este nuevo esquema tendrán documentación que demuestre su condición de pleno derecho. Quedarán garantizados el permiso de residencia y trabajo y también el acceso a la Sanidad pública, la Educación, las Pensiones y las ayudas o subsidios sociales tal y como hasta ahora.
Esto podría traducirse en la creación de un carné de identidad, un elemento muy impopular en Reino Unido. Tanto, que el ex primer ministro Tony Blair intentó implantarlo en una ley en 2006 y fue repudiada en el Parlamento. Las alegaciones eran que los carnés son una muestra de represión de la máquina burocrática.
Los británicos consideran que una base de datos con detalles personales es una vulneración de sus derechos como individuos. Reino Unido es un país donde poner una foto en un currículum no está permitido porque puede conllevar a la discriminación. La privacidad y la identidad son derechos sagrados. Incluso para votar, los británicos no deben presentar ningún tipo de identificación. Simplemente han de presentarse en el colegio electoral, señalar su nombre y acudir a la urna para meter su papeleta.
El diputado conservador David Davis, hoy ministro del brexit, dijo en aquel entonces que la medida suponía “la creación de un Estado vigilante”. En 2010, cualquier intento de poner en marcha un sistema de identificación mediante tarjetas fue rechazado de forma definitiva.
May ha querido dar la imagen ante sus socios de la Unión de que tratará a los europeos como ciudadanos de pleno derecho, pero les obligará a adquirir una tarjeta que cuenta con el rechazo frontal de la ciudadanía británica. “Queremos que os quedéis”, dijo May ante la perplejidad de muchos que la han escuchado decir hasta la saciedad, como primera ministra pero también como responsable de Interior, que la inmigración debía reducirse a las “decenas de miles”.
Sigue sin ser suficiente
May ha vuelto a calificar la oferta de “justa y generosa”. Son las mismas palabras que empleó la pasada semana en la cumbre de Bruselas en la que se reunió por primera vez con sus socios tras las elecciones. El anuncio que hizo entonces no causó demasiado entusiasmo. Ahora, conociendo más detalles, tampoco.
El encargado de las negociaciones del brexit, Michel Barnier dijo poco después de conocerse el contenido de este proyecto de ley que: “Hace falta más ambición, claridad y garantías”.
Tampoco parece suficiente para el líder de la oposición Jeremy Corbyn que dice que la oferta es pequeña y llega tarde y reprocha al Gobierno haber mantenido a los más de tres millones de europeos en suelo británico en la incertidumbre durante un año.
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