La Policía británica no podrá detallar cuánta gente murió en el incendio de la torre Grenfell de Londres hasta dentro de varios meses. Así lo ha admitido Fiona McCormack, la agente encargada de liderar la investigación, que ha actualizado también el balance de víctimas: hasta 80 personas están muertas o desaparecidas.
McCormack ha especificado que en 23 de los 129 apartamentos que tenía el edificio de viviendas nadie sobrevivió. La policía sí ha podido contactar con al menos una persona de cada uno del resto de los otros 106 apartamentos, dentro de sus averiguaciones para comprobar el estado de los afectados.
La semana pasada Scotland Yard confirmó que un frigorífico defectuoso desató las llamas en una de las 24 plantas del edificio, situado en el oeste de la capital británica. El revestimiento exterior de la torre, que había sido renovado hace un año, también propició la rápida propagación del incendio.
Tras el desastre, las autoridades realizaron varios controles de seguridad a los materiales del exterior y no pasaron ninguna de las pruebas. El Ejecutivo británico de Theresa May ha ordenado una investigación independiente para esclarecer las causas y depurar responsabilidades.
Arconic, el fabricante del material inflamable que cubría la fachada de la torre Grenfell decidió ayer retirar este revestimiento del mercado. Hasta 600 bloques de propiedad pública están siendo revisados a fondo para evaluar su seguridad. Según las cuentas del Gobierno británico unos 75 edificios tienen un material peligroso en caso de incendio en sus fachadas.
El Ejecutivo de Theresa May, que ha sido blanco de las críticas por su gestión de la tragedia, ha decidido desalojar a los residentes de otros edificios que considera en peligro como medida de prevención.