La canciller Angela Merkel, como muchos en su Unión Cristiano Demócrata (CDU), nunca ha sido una gran defensora del matrimonio homosexual. En un país en el que es posible la “unión civil” entre personas del mismo sexo desde 2001, Merkel argumentaba en la campaña electoral de 2013 que se “le hacía difícil” pensar en la igualdad total de derechos entre las parejas heterosexuales y las de personas del mismo sexo. “Para mí, el matrimonio es la vida conjunta de un hombre con una mujer”, explicaba la canciller hace dos veranos en una entrevista con el célebre youtuber alemán Florian Mundt, alias 'Le Floid'.
El lunes, sin embargo, algo había cambiado la canciller. En una intervención pública organizada por la revista femenina Brigitte en un céntrico teatro berlinés, Ulli Köppe preguntó a Merkel sobre el tema del matrimonio gay. Köppe, un chico homosexual, aprovechaba la ronda de preguntas del público del encuentro para decirle a la canciller: “Soy un gran fan suyo, le voto, pero hay una cosa que me molesta y que me pregunto, ¿cuándo voy a poder nombrar a mi novio como 'mi marido'?”.
Aparentemente, Merkel se había olvidado de sus no tan antiguas dificultades y creencias sobre el matrimonio. La canciller fue algo críptica en su respuesta. “Pienso que estamos aquí ante una cuestión muy individual y por eso me gustaría que la discusión fuera en la dirección de una decisión más consciente”, afirmó la jefa del Gobierno germano. Esas palabras, aunque no fueran ni un claro “sí” ni un rotundo “no” a la aprobación del matrimonio gay, fueron suficientes para relanzar el debate político. Tanto es así que este viernes ha habido una votación al respecto. Y el Parlamento ha aprobado la legalización del matrimonio homosexual.
La oposición, formada por el partido izquierdista Die Linke y la formación ecologista de Los Verdes, y, por otra parte, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), pese a seguir en el Gobierno con la CDU, se ponían de acuerdo el miércoles para llevar la votación al Bundestag. Esos tres partidos contaban con la mayoría en el Parlamento alemán. Podían aprobar el matrimonio homosexual. Suman 320 votos en la cámara baja germana. La CDU y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), formación bávara hermanada con el partido de Merkel, juntan 309 escaños. La canciller votó con un no, pero dejó libertad libertad a los miembros de su partido.
Una condición para seguir en el poder
En el SPD, Martin Schulz, su aspirante a canciller de cara a las elecciones generales del próximo 24 de septiembre, ya había señalado que consideraba el matrimonio homosexual un objetivo a alcanzar antes de que terminara la legislatura. El domingo, en el congreso en que los socialdemócratas aprobaron su programa electoral para la cita con las urnas de septiembre, Schulz condicionó toda coalición gubernamental a la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo. El partido ecologista de Los Verdes y el centrista Partido Liberal Demócrata (FDP) también habían supeditado a esa aprobación formar coaliciones futuras con la CDU.
“Estaba claro que, tras las elecciones de septiembre, se iba a votar una ley para legalizar el matrimonio homosexual, pero Merkel ha querido hacerlo antes de las elecciones para que los otros no utilicen el tema durante la campaña electoral”, analiza en declaraciones a EL ESPAÑOL Carsten Koschmieder, politólogo de la Universidad Libre de Berlín. A su entender, la votación de este viernes no resulta de una jugada política maestra de la canciller, quien ha puesto en bandeja a la oposición la oportunidad de votar sobre el tema. “Ha sido una estrategia del SPD lo que ha hecho posible que esto ocurra antes de las elecciones”, según Koschmieder.
La CDU, de acuerdo con las encuestas de intención de voto, lleva las de ganar de cara a las próximas elecciones generales. Al partido de la canciller se le atribuye el 40% de los votos. El SPD no supera el 25%. Sin embargo, la votación del viernes ha puesto al partido de la canciller en una situación cuanto menos incómoda.
Escaso compromiso en la CDU
“Para mucha gente del partido, que puede estar de acuerdo en igualar los derechos a las parejas del mismo sexo con los de las parejas heterosexuales, es una línea roja llamar 'matrimonio' a la unión de personas del mismo sexo”, reconoce a EL ESPAÑOL el diputado de la CDU Stefan Kaufmann. “No hay muchos en la CDU que hayan luchado a favor del matrimonio homosexual durante años, hay que decirlo, aunque sí lo han hecho los pocos afectados, si bien sólo en el Bundestag hay tres o cuatro que son abiertamente homosexuales”, añade.
Kaufmann es diputado de la CDU por Stuttgart (suroeste germano) y abiertamente homosexual. Tiene pareja desde 2013. Mantiene una unión civil con su novio. Su unión se oficializó hace dos años recibiendo la bendición de un párroco. No oculta su asombro ante la situación creada por Merkel. “Es una sorpresa lo que ha dicho la canciller, pero no es una casualidad, porque seguro debía tener en mente las posibilidades para formar coaliciones de gobierno tras las elecciones de septiembre”, señala Kaufmann, quien dice alegrarse por el repentino cambio de postura de la jefa del Ejecutivo.
Otros, sin embargo, no han visto venir la necesidad de decidir al respecto. “No es una cuestión de vida o muerte, por la que uno tenga que reaccionar en tres días”, ha dicho Thomas Heilmann, vicepresidente de los cristianodemócratas en la ciudad-estado de Berlín. A buen seguro los más conservadores de su formación se sentirán marginados estos días.
Merkel da libertad de voto
“Merkel sigue llevando a la CDU al centro político, aunque haya una parte del partido que no esté a favor del matrimonio homosexual, concretamente los más conservadores tienen la sensación, desde hace ya tiempo, de que las posiciones conservadoras en el partido ya no son importantes”, explica Koschmieder, el politólogo de la Universidad libre de Berlín.
Alude Koschmieder a decisiones políticas de la canciller recientes y no tan recientes que poco tienen que ver con los deseos del ala más conservadora de la CDU. La instauración en esta legislatura del salario mínimo o las últimas mejoras en las pensiones – medidas tomadas en esta legislatura bajo la influencia del SPD en la gran coalición – no han sido del gusto de todos en la CDU.
Merkel ha dejado libertad de voto de cara a la cita del viernes en el Bundestag. “Cada diputado debe seguir su conciencia”, ha dicho la lideresa de la CDU en declaraciones al semanario Wirtschaftswoche. La canciller se ha puesto de acuerdo en este tema con Horst Seehofer, presidente de Baviera y líder de la CSU.
“En el grupo parlamentario de la CDU-CSU no habrá revolución en contra Merkel el viernes”, prevé Koschmieder. Parece confirmar esa estimación Kaufmann quien se imagina que algunos de sus compañeros de partido en el Bundestag “voten a favor, otros lo hagan en contra o se abstengan”.
Alegría contenida en el colectivo gay
En cualquier caso, la aprobación del matrimonio homosexual parecía “más que probable”, según Markus Ulrich, portavoz de la Federación de Lesbianas y Gays de Alemania (LSVD, por sus siglas alemanas), la mayor organización germana de defensa de los derechos del colectivo homosexual. Y así ha sido finalmente.
En las oficinas berlinesas de esta organización, no lejos la céntrica Alexanderplatz, el ambiente tardó en ser festivo. “Preferimos no alegrarnos ahora, sino después de la votación, cuando esté ya decidida la aprobación del matrimonio homosexual, como ya pasó en España”, comentaba Ulrich los días anteriores a la votación. Ayuda a explicar su cautela lo rápido que se ha roto el bloqueo político que no permitía hasta ahora sacar adelante en Alemania el "matrimonio para todos". Así se conoce aquí al matrimonio entre parejas del mismo sexo, una medida cuya aprobación apoya ampliamente la sociedad germana. Una encuesta publicada el jueves por el diario Bild daba cuenta de que tres de cada cuatro alemanes están a favor del matrimonio homosexual.
“Llevamos 25 años luchando por eso, pero a veces pasan estas cosas muy rápido”, subraya Ulrich. “Angela Merkel parece haber cambiado rápido de opinión, pero también es cierto que la canciller ha tenido mucho tiempo para convencerse y para convencer a la CDU de que la imposibilidad de que homosexuales contraigan matrimonio no es algo propio de Alemania”, concluye el portavoz de la LSVD.