El presidente de la Quinta República Francesa, Emmanuel Macron, ha tendido la mano a su homólogo estadounidense, Donald Trump, y le ha ofrecido su apoyo para establecer una férrea alianza entre ambos países pese a sus diferencias ideológicas.

Durante el acto de la celebración de la Fiesta Nacional de Francia en París, Macron ha declarado que "nada separará jamás" a los dos países, que mantienen una amistad histórica. En el discurso pronunciado al término del desfile militar, ha señalado que la presencia de Trump en París es "el signo de una amistad que atraviesa los tiempos".

Estados Unidos es uno de los "amigos" que en el pasado "acudieron en nuestra ayuda", ha recordado el presidente francés. Por eso ha asegurado que "nada nos separará jamás". Estas declaraciones hacen referencia a cuando Estados Unidos entró a luchar en la Primera Guerra Mundial, de la que ahora hace 100 años, para ofrecer su apoyo a los Aliados: Francia y Reino Unido.

Por este motivo, el desfile militar de la Fiesta Nacional de Francia también ha contado este año con efectivos militares estadounidenses. El jefe del Estado francés, en este sentido, ha agradecido "la decisión tomada hace 100 años".

Una amistad histórica

Alrededor de 126.000 soldados estadounidenses perdieron la vida en la primera contienda mundial y otros 234.000 resultaron heridos. Como es habitual en esta fecha, Macron rindió homenaje a las fuerzas armadas por su papel de protección. "Nos permiten vivir con las reglas que nos hemos dado", ha destacado según EFE.

El día de la Fiesta Nacional "celebramos a Francia, lo que nos une, celebramos este gusto absoluto por la independencia que se llama libertad", pero también "la igualdad" y "la fraternidad", ha agregado el presidente francés.

El presidente francés también ha tenido un detalle para víctimas del terrorismo y a sus hijos, a los que se ha dirigido para decirles: "Francia os debe su apoyo constante y duradero".



Este discurso ha sido el último acto en presencia de Trump -que desde su llegada ayer a París estaba acompañado por su esposa, Melania-, al que Macron despidió efusivamente y que a continuación tomó el camino del aeropuerto para volver a su país.

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