El próximo 24 de septiembre más de 62 millones de ciudadanos alemanes están llamados a las urnas para elegir el nuevo Bundestag, cámara de la que deberá salir el nuevo gobierno para los próximos cuatro años. Los electores no eligen directamente a su canciller, sino que designan a los miembros del parlamento federal, que es quien tiene el mandato de nombrar al jefe del Gobierno.
Por qué son importantes
Con casi 80 millones de habitantes, Alemania es el país más poblado de la UE y representa la mayor economía de Europa. Tiene un PIB de 3,467 billones de dólares, muy por delante economías como la británica o la francesa. De hecho, a raíz de la crisis de deuda, se ganó el calificativo de locomotora de Europa.
Con estos datos, la expectación que generan estas elecciones en los países vecinos es alta. Sin embargo, si Merkel vuelve a reeditar su mandato, su nuevo Gobierno sería continuista en lo político y no habría grandes cambios.
Lo que decida Alemania el próximo domingo también es importante para el resto del mundo precisamente porque su industria tiene mucho peso en el mercado global. La economía germana descansa fuertemente en sus exportaciones: sus socios comerciales más significativos son China, Francia y Estados Unidos.
Qué partidos se presentan
Los candidatos más conocidos son Merkel y Schulz, pero a estos comicios se presentan más de 30 partidos y alguno de ellos será clave para que el ganador pueda formar su ejecutivo.
Angela Merkel es la candidata de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su principal rival es Martin Schulz, del Partido Socialdemócrata (SPD). A ellos irán destinados la mayoría de los votos, pero en la cámara también estarán otras cuatro formaciones.
Dietmar Bartsch y Sahra Wagenknecht son los líderes de La Izquierda; Cem Özdemir y Katrin Göring-Eckardt representarán a Los Verdes; Alexander Gauland y Alice Weidel, del AfD, buscan el voto más antiinmigración; y Christian Lindner será el candidato del los liberales del FDP.
Qué dicen las encuestas
A una semana de las elecciones, Merkel lidera con claridad todos los sondeos. Supera sin problemas el 30% de los votos. En segunda posición, y con mucha diferencia con respecto a los conservadores, se sitúan los socialdemócratas de Schulz, en torno a un 23%.
Las dudas surgen a partir del tercer puesto. Casi todos los sondeos atribuyen esta posición a los liberales, mientras los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) serían la cuarta fuerza. El quinto lugar se lo disputarían Los Verdes o Die Linke (los poscomunistas de La Izquierda). El resto de formaciones no entraría en el Bundestag al no superar el mínimo legal del 5% para obtener representación.
En definitiva, la demoscopia deja dos cosas claras: entran seis partidos en la cámara (conservadores, socialdemócratas, la izquierda, Los Verdes, la ultraderecha y los liberales) y Merkel será la más votada.
Cómo funciona el sistema electoral alemán
Es un sistema complejo. Algunos alemanes ni lo entienden. Las papeletas se dividen en dos partes. Por un lado, se elige a un diputado por distrito electoral -Alemania está dividida en 299 distritos- y, por otro, los electores votan no por una persona concreta sino por un partido político –la circunscripción aquí es el land o el estado federado-.
Es decir, se emiten dos votos independientes, pero el segundo, el de las listas cerradas, es el más importante, ya que es el que sirve para medir la presencia de las formaciones políticas dentro del Bundestag.
No existe un número fijo de parlamentarios. El parlamento consta de 598 escaños más los llamados asientos adicionales, que tienen el objetivo de mantener la proporcionalidad entre los dos tipos de voto.
Esta estructura hace que sea difícil que un partido pueda gobernar en solitario. Evita las mayorías absolutas y obliga a las formaciones a pactar.
¿Cuáles son las posibles coaliciones?
Lo que está claro es que la vencedora de estas federales será Merkel. En todas las encuestas está por encima del 30%, pero deberá llegar a acuerdos con otros partidos para poder formar gobierno. El fragmentado panorama político complicará una alianza viable y, en esa búsqueda de socios, se abren distintas opciones:
1. La Gran Coalición. Posible. Es más de lo mismo. Consistiría en reeditar el pacto que nació en 2013 entre la Unión Demócrata Cristiana y los socialdemócratas. La llamada große Koalition sería un fracaso para los de Schulz, que han depositado todas sus esperanzas en la figura del candidato; pero en términos de estado es la solución más estable si se tiene en cuenta que una coalición tripartita puede traer más inestabilidad política.
2. La Coalición Jamaica. Posible. Se trataría de un gobierno formado por los conservadores del CDU, Los Verdes y los liberales del FDP. Se llama así por los colores de los tres partidos (negro, verde y amarillo), que coinciden con la bandera del país caribeño.
Esta alianza tripartita, que nunca ha sido probada a nivel federal, no la ven con buenos ojos ni los ecologistas ni los centristas. ¿El motivo? Las grandes diferencias de programa en temas clave como inmigración o energía.
3. Los conservadores de Merkel + los liberales del FDP. Posible. Sería la coalición Jamaica pero sin Los Verdes. Esta alianza ya se materializó en la segunda legislatura de Merkel (2009-2013), pero no pudo reeditarse en su tercer mandato porque los diputados liberales desaparecieron del mapa político.
Ahora las encuestas dicen que el FDP volverá con toda probabilidad al Bundestag, pero será difícil que sumen una mayoría con Merkel y que puedan convertirla en canciller.
4. Coalición de izquierdas. Poco probable. Los socialdemócratas de Schulz podrían pactar con La Izquierda y Los Verdes, pero demoscópicamente esta opción queda descartada. Parecía una alternativa posible a comienzos de año, pero las encuestas han ido inclinándose a favor de Merkel, que dijo que un gobierno de izquierdas sería “malo para el país” y que Alemania no se podía permitir “emprender ningún experimento en un momento de incertidumbre”.
5. La coalición semáforo. Nacería de la unión entre los socialdemócratas, los ecologistas y los liberales. Es decir, rojo + verde + amarillo: de ahí el nombre. Es la opción favorita de Schluz, pero poco realista: no suma y además hay diferencias insalvables entre los verdes y los liberales.
¿Por qué hay un auge de la extrema derecha?
Nunca en la historia reciente de Alemania un partido de ultraderecha había tenido representación en el Bundestag. Pero a partir del 24 de septiembre, AfD irrumpirá con fuerza en la cámara: los sondeos hablan ya de un 10% de intención de voto.
La Gran Coalición y el contexto europeo, favorable al auge del discurso populista y euroescéptico, ha dado alas a esta formación, nacida hace cuatro años y que pesca votos en el electorado más descontento. Se presentan como la verdadera alternativa antisistema: rechazan el euro, quieren recuperar el marco alemán, critican con dureza la llegada de refugiados y abrazan una ideología nacionalista que quiere acabar con el establishment político.
Si hay algo que tienen claro tanto Merkel como Schulz es que ninguno de los dos permitirá que en sus hipotéticos ejecutivos entren los xenófobos del AfD.