Christian Lindner, el Albert Rivera alemán que pesca votos en la extrema derecha
El partido liberal parte como tercera fuerza en las federales alemanas. Merkel podría verse obligada a pactar con ellos para mantener la Cancillería.
20 septiembre, 2017 02:22Noticias relacionadas
Los liberales alemanes llevan cuatro años desaparecidos del Bundestag y su nuevo candidato a la Cancillería los ha vuelto a situar en el mapa político. Según todas las encuestas, el Freie Demokratische Partei (FDP) alemán resurgirá de sus cenizas en las elecciones federales de este domingo tras perder en 2013 sus 93 diputados.
El renacimiento de la formación centrista tiene un nombre propio. Christian Lindner es, desde el pasado mes de abril, el aspirante de los moderados este 24 de septiembre. ¿Su misión? Superar la barrera legal del 5% de los votos para poder entrar en el parlamento federal. Y parece que va por buen camino: los últimos sondeos le sonríen dándole la tercera posición, en constante liza con los xenófobos de Alternativa para Alemania (AfD).
Christian Lindner representa a esa nueva generación de inspiración kennediana que trata de conquistar Europa. Son políticos jóvenes y formados que admiran los modos del canadiense Justin Trudeau y transmiten esa concepto de yerno perfecto. El candidato del FDP, con 38 años, es comparado a menudo con el presidente francés Emmanuel Macron. Con su look fresco y de aires modernos, pero siempre vestido de traje, Lindner ha forjado una imagen líder carismático donde los electores son capaces de identificar el partido con una persona. El candidato es el mensaje.
Afiliado con 16 años
Lindner nació el 7 de enero de 1979 en Wuppertal, una ciudad de la región de Renania del Norte-Westfalia. Pronto la política se cruzó en su vida y su ascenso dentro de la formación liberal fue imparable. Empezó a militar en el FDP en 1995, antes de cumplir la mayoría de edad. Con 18 años pasó a formar parte de la ejecutiva del partido en su estado federado, y en 2004 se convirtió en el secretario general de los liberales de Renania del Norte-Westfalia.
Lindner también tiene experiencia fuera de la vida pública. Se graduó en Ciencias Políticas en Bonn y durante sus estudios creó una agencia de publicidad de telecomunicaciones. Tras licenciarse, trabajó como consultor de negocios y también montó una empresa, pero sus obligaciones en el partido le impidieron compaginar los dos proyectos. Y Lindner eligió seguir con la política.
La empresa que había fundado junto a otros tres socios acabó en quiebra. Dentro del FDP, Lindner tuvo más suerte: en 2007 entró en la dirección nacional del partido y entre 2009-2013, durante la segunda legislatura de Merkel, fue diputado del Bundestag.
En 2011, y debido a problemas internos, dimitió de su cargo dentro de la ejecutiva. Una renuncia que le dio fuerzas para prepararse y arrasar en las elecciones estatales de Renania del Norte-Westfalia en 2012. En los comicios federales de 2013, los liberales se estrellaron y el partido puso sus ojos en Lindner: sólo él podía arreglar aquel desastre.
Y ese mismo domingo se puso manos a la obra asumiendo la presidencia del FDP. “Esta jornada electoral es la peor que ha vivido mi partido desde 1948. A partir del lunes, tendremos que reinventarnos”, decía un joven Christian Lindner el 22 de septiembre de 2013, con 34 años. Contaba con otros cuatro por delante para construir un proyecto que ilusionara a los alemanes.
Un partido bisagra
Desde su fundación en 1948, el Freie Demokratische Partei ha estado 64 años consecutivos en el Bundestag y ha servido como partido bisagra, apoyando tanto a gobiernos de derecha como a los socialdemócratas. Se define como un partido liberal y europeísta: se posiciona en contra del paternalismo estatal y a favor de reducir impuestos en lo económico, defiende posturas progresistas en el plano social.
Esa flexibilidad para coronar cancilleres de distinto signo político ha permitido al FDP formar parte de numerosos gabinetes: gobernaron con Willy Brandt y Helmut Schmidt, pero sus aliados naturales son los conservadores del CDU: Konrad Adenauer, Helmut Kohl y Angela Merkel.
Sin embargo, la experiencia con Merkel durante el periodo 2009-2013 fue traumática para los liberales. Si en las elecciones de 2009 el partido vivía su momento más dulce con un 14,6% de los votos –su mejor registro hasta la fecha-, en 2013 no consiguió ni un solo diputado. Esa catástrofe fue el resultado de un liderazgo débil y la percepción de que los moderados solo estaban interesados en entrar en gobiernos y mantenerse en el poder, sin pensar en políticas concretas.
Cambio de look
Muchos expertos dijeron que el partido estaba muerto, pero Christian Lindner ha conseguido dar la vuelta a la tortilla. La prensa ahora lo presenta como el impulsor del retorno de los liberales. Durante estos cuatro años fuera del parlamento, el líder centrista ha aumentado el número de militantes del FDP, sobre todo entre los jóvenes, y ha pronunciado un discurso que recupera proclamas históricas del partido -con esa filosofía de laissez faire en lo económico-, e incorpora al mismo tiempo nuevas propuestas.
Durante toda la campaña, Lindner se ha negado a hablar de futuros pactos y de asientos en hipotéticos ejecutivos: “Vamos a estas elecciones sin decir nada sobre las coaliciones”. Huye de ese debate -no son “los perritos falderos” de Merkel- para romper con el pasado y centrarse en su nuevo programa con dos puntos que escapan de la tradición liberal del FDP: la educación y la digitalización. Ese cambio hacia lo moderno también se ha dejado notar en las formas: nuevo logo, nuevos colores, nueva tipografía… “Todo el FDP ha cambiado”, decía Lindner en primavera, orgulloso de presentarse ante el electorado con los deberes hechos.
El FDP es "una especie de AfD light"
Estos últimos días de campaña Lindner está pronunciando un discurso mucho más duro con Europa. Sus nuevas ideas están generando polémica y sorprendiendo incluso a los suyos. Ha llegado a decir que Grecia debe dejar el euro y que los refugiados tienen que regresar a su hogar cuando la paz vuelva a Oriente Medio.
“Volver al dracma en Grecia sería una bendición para Alemania. Todos los que veranean en Mallorca irían a las islas griegas”, declaraba en Fráncfort la semana pasada el candidato liberal. Se marca como línea roja cualquier plan que suponga una mayor integración fiscal en la zona euro y critica los planes de Macron para acordar nuevos mecanismos de financiación en Europa. También quiere eliminar el fondo de rescate e introducir sanciones para los países que no cumplan con las normas presupuestarias de la UE.
Algunos creen que este cambio responde a un intento desesperado de Lindner para “pescar en las aguas de AfD”, según explicaba a Reuters el experto político de la Universidad de Berlín Gero Neugebauer. “Lindner ha convertido un antiguo partido pro Europa en una especie de AfD light”, comentaba este especialista.
Sin embargo, fuentes del partido aclaraban a Reuters que este giro de última hora no debería preocupar y recordaban las influencias moderadoras del partido, mencionando a los eurodiputados Alexander Lambsdorff y Michael Theurer.
Relación "excelente" con Ciudadanos
Christian Lindner comparte generación con Albert Rivera, a quien felicitó en Twitter en diciembre de 2015 cuando Ciudadanos entró en el Congreso de los Diputados. El FDP es lo más parecido que existe a la formación naranja en el panorama político teutón. Además, el partido germano comparte grupo parlamentario con los de Rivera en Bruselas y Estrasburgo: ambas formaciones están integradas en la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE).
Gratulation an @Albert_Rivera - deren Ergebnis ist in Zeiten wachsenden Rechts-/Linkspopulismus in Europa ein ermutigendes Signal! CL
— Christian Lindner (@c_lindner) 21 de diciembre de 2015
Aunque con el candidato en particular no ha habido contacto más allá de cruzar algún que otro mail, las relaciones con otros pesos pesados del partido alemán son “excelentes”, según fuentes de Cs consultadas por EL ESPAÑOL. A nivel europeo, el eurodiputado Javier Nart mantiene un trato "fluido y bueno" con su homólogo Alexander Lambsdorff, así como con su número dos Michael Theurer. Luis Garicano comparte asiento en la dirección de ALDE con Markus Löning.
Sin embargo, desde Ciudadanos insisten en que no son “almas gemelas”, ya que el voto de FDP es mucho más conservador que el de Cs, y su programa también. Desde el partido de Rivera consideran que los liberales "jugarán un papel relevante en la formación de Gobierno" y esperan que gane en votos a los populistas de extrema derecha del AfD, que amenazan con quitarles el tercer puesto.
De hecho, a partir del 24 de septiembre Christian Lindner puede tener en sus manos las llaves de la oficina del futuro canciller.