El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha cerrado este viernes la puerta a una posible mediación de la Unión Europea en la crisis política en Cataluña, porque a su juicio crearía "más caos"; al tiempo que ha rechazado la independencia como opción porque no quiere "una Europa formada por 90 países".
"Si permitimos, aunque no sea nuestro asunto, que Cataluña se independice, también lo harán otros después y eso no me gusta. No quiero una Unión Europea que dentro de 15 años esté formada por 98 países, sería imposible", ha defendido Juncker en una charla con estudiantes en Luxemburgo.
El jefe del Ejecutivo comunitario también ha explicado que la Unión Europea no piensa intervenir como mediador para salir de la crisis, a pesar de que así lo hayan solicitado desde la Generalitat, y ha recalcado que cuando ha asumido ese papel lo ha hecho "entre Estados miembro".
Además ha señalado que "sólo una parte" ha llamado a la mediación europea y que ni él ni el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, podrían hacerlo porque "crearía mucho más caos" en la Unión Europea.
El exprimer ministro luxemburgués se ha mostrado "preocupado" por el desafío independentista y por el hecho de que la búsqueda de una identidad propia lleve a muchos a pensar que esa identidad "es incompatible" con la de otros.
Juncker también ha revelado que "hace tiempo" que en sus contactos con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le había pedido que tomara "iniciativas" para que la situación "no se fuera de control".
El jefe del Ejecutivo comunitario ha hecho estas declaraciones en alemán y ha bromeado con que elegía este idioma para que "nadie en Cataluña lo entienda".
En otra charla con espectadores y 'youtubers' el pasado septiembre, unas declaraciones suyas pronunciadas en francés y en las que afirmó que sólo respetaría un referéndum avalado por el Tribunal Constitucional crearon gran polémica por las distintas interpretaciones que se les dieron.
"Reino Unido debe pagar"
Juncker ha advertido de que el Reino Unido debe comprometerse a pagar lo que le debe a la Unión Europea antes de que se inicien las conversaciones sobre una futura relación con el bloque después del Brexit. Ha afirmado que "los británicos están descubriendo día a día nuevos problemas, esa es la razón por la que este proceso tardará más de lo inicialmente pensado".
"No hay por el momento un compromiso real en lo que respecta a los compromisos financieros pendientes del Reino Unido. Por ello no podremos decir en el Consejo Europeo de octubre que se puede afrontar la segunda fase de las negociaciones ", ha aseverado.
"Tienen que pagar, no de una manera imposible, y no porque esté en un estado de venganza, no estoy odiando a los británicos", ha matizado el presidente de la Comisión Europea, a una semana de la cumbre en la que la Bruselas informará de que no se ha avanzado suficiente en las negociaciones para el acuerdo sobre el futuro comercial que Londres ha estado buscando.