Es uno de los altos cargos de la Unión Europea más codiciados, sobre todo por el prestigio que confiere a su titular. El presidente saliente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que deja el puesto en enero, ha lanzado este lunes el procedimiento para elegir a su sucesor. Durante las próximas semanas, los aspirantes deberán ya destapar sus cartas y oficializar las candidaturas.
La votación está programada para el 4 de diciembre y el sistema es simple: un país, un voto. El elegido tiene que ser uno de los 19 ministros de Economía de la eurozona. Y no hay ningún favorito claro. "No sé cómo va a acabar", confiesa un alto funcionario de la eurozona.
El Eurogrupo ha cobrado una gran importancia en la UE a raíz de la crisis económica y financiera. Fue el órgano encargado de la intervención de Grecia o del rescate bancario de España. Ahora que la economía vuelve a crecer a velocidad de crucero, su principal tarea ya no es tanto apagar fuegos como reforzar la arquitectura de la eurozona para prevenir nuevas turbulencias. La elección de su presidente depende de un complicado equilibrio geográfico y de familias políticas. La única mujer que suena para el cargo es la letona Dana Reizniece-Ozola, aunque su nombre no figura en la lista corta de favoritos.
Tras dos intentos fallidos, el ministro de Economía, Luis de Guindos, renuncia a presentarse esta vez. Tendría muchas posibilidades, ya que tras la salida del alemán Wolfgang Schäuble es el más veterano del Eurogrupo. En julio de 2015 se postuló y fue derrotado por Dijssebloem. En marzo, alentó un golpe para tratar de derrocar a Dijsselbloem tras su hundimiento en las elecciones holandesas y unos polémicos comentarios sobre los países del sur. Pero volvió a fracasar.
Ahora, el ministro de Economía centra sus esfuerzos en garantizar que España obtenga la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE) en mayo de 2018, cuando expira el mandato del actual titular, Vítor Constâncio. Sería el primer paso para que España, que está infrarrepresentada en las instituciones de la UE, empiece a recuperar el peso perdido durante la crisis. La prensa alemana sitúa al propio Guindos como candidato, aunque en Fráncfort ven con recelo que un político salte directamente al BCE, que es un órgano independiente.
Alemania tampoco está en la pelea porque el puesto que le interesa a la canciller Angela Merkel es la presidencia del BCE. Quiere colocar allí en 2019 al jefe del Bundesbank, el halcón Jens Weidmann, que se ha opuesto a la mayoría de medidas de estímulo monetario planteadas por Mario Draghi. Además, Merkel sigue inmersa en las negociaciones de su nueva coalición, lo que podría retrasar la elección en el Eurogrupo y prorrogar aún más el mandato de Dijsselbloem. El holandés ya no es ministro en su país y su sueldo lo paga el fondo de rescate (MEDE). Estos son los principales candidatos a sucederle.
Bruno Le Maire (Francia)
A favor: Aunque en privado ha expresado su deseo de ser presidente del Eurogrupo, el francés Bruno Le Maire todavía no se ha postulado en público. En teoría es el favorito. Sobre todo porque personificaría el plan para refundar la UE -y en particular la eurozona- que ha presentado el presidente francés, Emmanuel Macron. Habla alemán y está bien visto en Berlín, donde viaja esta semana en busca de apoyos. Aunque procede del PP europeo, se ha pasado al bando liberal de Macron. Y tampoco genera desconfianza entre los países del sur.
En contra: Su principal hándicap es que Francia es uno de los dos países de la UE (junto con España) sujeto al procedimiento sancionador por déficit excesivo. Sus socios europeos, y en particular Berlín, le exigen que reforme su economía y cuadre su presupuesto antes de tratar de imponer su proyecto para la UE.
Pierre Gramegna (Luxemburgo)
A favor: "Si se forja un consenso en torno a mi, estaré preparado". La candidatura del luxemburgués Pierre Gramegna ha ganado puntos en las últimas semanas. El Financial Times, la biblia de Bruselas, le sitúa como favorito ahora mismo. Si de lo que se trata es de respetar todos los equilibrios geográficos, ideológicos y de tamaño, Gramegna es el aspirante ideal. Viene de un país pequeño; pertenece a la familia de los liberales, en auge en la UE; y no es de la línea dura en materia fiscal.
En contra: Al mismo tiempo, su elección daría a Luxemburgo un peso desproporcionado en la Unión. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, también es luxemburgués y ocupó la presidencia del Eurogrupo durante ocho años. Y su país ha funcionado mucho tiempo como paraíso fiscal dentro de la UE, como desveló el escándalo Luxleaks.
Mário Centeno (Portugal)
A favor: El portugués Mário Centeno aspira a representar en la Unión Europea la historia de éxito del Gobierno de izquierda de Portugal. Con el apoyo externo del Partido Comunista y del Bloque de Izquierdas (equivalente a Podemos), el primer ministro socialista António Costa ha logrado consolidar la recuperación en un país que tuvo que ser intervenido en 2011, y al mismo tiempo ha cumplido los objetivos de déficit marcados por Bruselas antes que España o Francia. Además, los socialistas europeos exigen que la presidencia del Eurogrupo sea para uno de los suyos: el PP ya controla la presidencia de la Comisión, la Eurocámara y el Consejo Europeo.
En contra: Pese a reivindicar el cargo, los socialistas europeos no han logrado consensuar un candidato único. Además de Centeno, podrían competir también el eslovaco Peter Kazimir, o incluso el italiano Gian Carlo Padoan o el francés Pierre Moscovici. Además, en Bruselas se considera que el portugués no tiene suficiente peso político para dirigir el Eurogrupo.
Peter Kazimir (Eslovaquia)
A favor: "Estoy interesado en convertirme en presidente del Eurogrupo, pero todavía no soy candidato", ha dicho este lunes el ministro de Finanzas eslovaco, Peter Kazimir. Kazimir saltó a la fama durante la crisis griega de 2015 por sus duras críticas contra el Gobierno de Alexis Tsipras y su uso maestro de Twitter. Es de la familia socialista y de un país de tamaño medio del Este.
En contra: Pese a estar adscrito al grupo socialista europeo, Kazimir ha adoptado durante sus años en el Eurogrupo una línea en materia fiscal incluso más dura a veces que el ex ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, abanderado de las políticas de austeridad en la UE. Es improbable que encuentre muchos apoyos entre sus compañeros de partido y los países del sur.