"Hoy están utilizando de chivo expiatorio a la aceituna negra de mesa, pero mañana puede ser otro producto fruto de esa tendencia proteccionista de la administración de Trump", ha avisado la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que se encuentra en Bruselas de visita oficial. El presidente de Estados Unidos ha causado consternación en Madrid y en Bruselas al imponer aranceles de entre el 2,31% y el 7,24% a las importaciones de aceitunas negras españolas. Alega que se venden por debajo del precio de mercado gracias a las subvenciones europeas que reciben los agricultores en España.
Para las autoridades españolas, se trata de un "aviso a navegantes" y podría convertirse en el detonante de una guerra comercial entre la UE y EEUU que cuestione todas las ayudas comunitarias a la agricultura. La política agrícola común (PAC) sigue siendo la principal partida del presupuesto de la UE, con 408.310 millones de euros para 2014-2020. España es uno de los principales beneficiarios, ya que recibirá casi 45.000 millones durante ese periodo.
"Estados Unidos valora su relación con España, pero incluso los países amigos deben jugar respetando las reglas", afirmó el secretario de Comercio norteamericano, Wibur Ross, al anunciar los aranceles contra las olivas negras durante la madrugada del martes. Estos recargos tienen carácter provisional mientras prosigue la investigación: el 4 de abril Washington anunciará si se mantienen de forma permanente. Se trata de la cuarta vez que la administración de Trump impone medidas comerciales punitivas a la UE desde su llegada al poder hace un año, pero la primera al sector agrícola.
Las exportaciones de olivas negras españolas a Estados Unidos ascendieron a 70,9 millones de dólares (60,1 millones de euros) en 2016. La popularidad de este producto ha crecido exponencialmente entre el público norteamericano en los últimos años porque su uso no se limita ya a las pizzas, sino que se ha ampliado a todo tipo de ensaladas y sándwiches. Los agricultores de California no podían hacer frente a tanta demanda y eso abrió el camino a los proveedores andaluces, mucho más competitivos en precios.
Los productores californianos son los que ahora han presionado a la administración de Trump para que castigue a las exportaciones de España. Primero intentaron que los agricultores españoles les vendieran su producción al granel, para envasarla ellos y quedarse con el valor añadido. Al no conseguirlo, formularon una petición de aranceles a través de la Coalición para el Comercio Justo de la Aceituna, formada por las empresas Bell-Carter Food y Musco Family Olive. Está en peligro un sector compuesto por casi 300 empresas que dan empleo a 8.500 personas en Andalucía, según Díaz. Y que se concentra en la comarca de la sierra sur de Sevilla.
España cuenta en esta disputa con Trump con el apoyo sin fisuras de la Comisión Europea, que representa a todos los Estados miembros de la UE en las negociaciones comerciales. Los comisarios de Agricultura, Phil Hogan, y Comercio, Cecilia Malmström, han enviado una carta a la administración estadounidense en la que defienden que las subvenciones a los productores españoles de olivas negras no distorsionan el comercio. Malmström ha recibido este martes a Díaz. Y la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, obtuvo en octubre el apoyo de sus socios de los otros 27 países europeos.
Las ayudas agrícolas de la UE y el comercio
"La Comisión considera que no hay base para las medidas antisubsidio que ha puesto en marcha Estados Unidos de forma provisional contra las aceitunas de España. Las ayudas de la UE a los agricultores, incluidos los productores de aceitunas españoles, no distorsionan el comercio", ha dicho este miércoles un portavoz del Ejecutivo comunitario.
"Somos plenamente conscientes de la importancia del sector de la aceituna en España y en Andalucía en particular, donde es la principal fuente de ingresos para miles de familias. Por ello, la Comisión seguirá defendiendo los intereses de los productores de aceitunas de la UE, en cooperación con las autoridades españolas, con el fin de garantizar un resultado justo a esta investigación", ha añadido el portavoz.
Una opinión que comparte plenamente el Gobierno de Mariano Rajoy. "Las ayudas que se están dando al sector de la aceituna son ayudas perfectamente compatibles con nuestra política agrícola común y con las reglas del comercio internacional", ha dicho en Madrid el ministro de Economía, Luis de Guindos.
"Aunque el arancel es muy reducido, nosotros creemos que no se debe establecer, que no hay motivación por parte de las autoridades americanas para establecer ningún tipo de penalización sobre las exportaciones españolas de aceituna y eso es lo que vamos a pelear en las próximas semanas", resalta Guindos.
En Bruselas ven fuera de lugar hablar de una guerra comercial con Estados Unidos por las aceitunas negras. Consideran que de momento es un conflicto aislado que podría desactivarse. También aquí se esperaba que los aranceles fueran "más brutales". La administración de Trump trata de calmar a su público (en este caso los productores californianos) y después de unos meses podría suprimir los recargos, como ha ocurrido en otras ocasiones.
De momento la Comisión no quiere adelantar cuáles serán sus siguientes pasos si los aranceles se confirman el 4 de abril. El caso podría acabar ante la Organización Mundial del Comercio, que tardaría meses en fallar. La presidenta andaluza reclama coordinación a Madrid y Bruselas para poner en marcha "medidas que palíen la situación de aquí a marzo".
"En función de lo que pase en marzo ya estamos trabajando en los distintos escenarios en que se pueden encontrar nuestros productores para que se sientan arropados y protegidos. Esto, cuanto antes se solucione y el resultado sea favorable, mejor", ha zanjado la presidenta andaluza.