El Ejecutivo de Theresa May ha cedido a las demandas de Irlanda y dejará una frontera invisible con Irlanda del Norte cuando se consume el brexit. La región británica mantendrá un estatus especial en el que no se apartarán las regulaciones de la Unión Europea.
Según el negociador jefe de la Unión Europea para el brexit, Theresa May ha cedido en este punto, una de las claves de la negociación del divorcio entre el Reino Unido y la UE. De esta manera, el Gobierno británico y el irlandés han llegado a un principio de acuerdo que desbloquea las convulsas negociaciones.
Si May y su colega irlandés, el democristiano Leo Varadkar, aceptan los términos de este acuerdo, las conversaciones que mantienen Londres y Bruselas sobre este divorcio podrían pasar a la siguiente fase, cuando prevén abordar su relación comercial tras el "brexit".
La primera ministra británica se encuentra este lunes en la capital belga para presentar sus propuestas respecto a la cuestión de la frontera, la situación de los ciudadanos y la factura de salida que debe hacer frente su Gobierno.
El borrador del acuerdo al que ha tenido acceso la televisión pública irlandesa RTE contempla que Irlanda del Norte se mantenga dentro de los espacios económicos del mercado único y de la unión aduanera, aunque el resto del Reino Unido los abandone totalmente.
La propuesta de solución para la frontera podría chocar con la posición del probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa y socio de Theresa May en el Parlamento de Westminster, que no quiere ver mermada su relación con el resto del Reino Unido.
Los unionistas creen que ese distanciamiento haría crecer el apetito de los políticos nacionalistas en Irlanda del Norte y en la República de Irlanda por la reunificación de la isla.