Bruselas

La decisión del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, de retirar la euroorden contra Carles Puigdemont y los cuatro exconsellers que le acompañan en el exilio ya ha tenido sus primeras consecuencias prácticas en Bélgica. La Fiscalía de Bruselas ha anunciado el levantamiento con efecto inmediato de las medidas de vigilancia que había impuesto el juez de instrucción belga al expresidente de la Generalitat para evitar el riesgo de fuga. Dado que España desiste de su petición de entrega, estos controles ya no tienen sentido. El caso en Bélgica se archivará definitivamente en los próximos días.

El juez de instrucción había prohibido a Puigdemont y a los exconsellers salir de Bélgica sin autorización mientras durara la tramitación de la euroorden. Además, el expresidente de la Generalitat fue obligado a comunicar un domicilio fijo y tenía que informar diariamente de sus movimientos a las fuerzas de seguridad belgas. Finalmente, debía comparecer ante el juez o la policía cada vez que fuera convocado. Todas estas medidas ya han dejado de aplicarse.

La Fiscalía de Bruselas ha recibido este martes a través de Eurojust, el órgano de coordinación judicial de la UE, la decisión de levantar la euroorden contra Puigdemont adoptada por el Tribunal Supremo. "Las autoridades españolas confirman el carácter definitivo de esta decisión", ha informado en un comunicado.

El caso se archivará

Este miércoles, la Fiscalía transmitirá su decisión a la Cámara del Consejo, el tribunal de primera instancia de Bruselas que tramitaba el caso Puigdemont, y que debía pronunciarse el próximo 14 de diciembre sobre su entrega a España. La Cámara del Consejo convocará una nueva audiencia en los próximos días para archivar el expediente. "No tendrá otra opción que constatar que el caso ha quedado sin objeto", asegura el comunicado.

La retirada de la euroorden que pesaba contra él no cambia de momento los planes de Carles Puigdemont. El expresidente de la Generalitat pretende quedarse en su exilio en Bélgica al menos hasta las elecciones del 21-D para hacer campaña electoral con plena libertad de movimientos, aunque sea a través del plasma. Su regreso a Barcelona implicaría su detención inmediata y su probable ingreso en prisión, como el exvicepresidente Oriol Junqueras. La novedad ahora es que podría también hacer campaña en otros países europeos si así lo desea.

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