Hacía 22 años que un primer ministro israelí no pisaba las instituciones de la Unión Europea. Y aún así, Benjamin Netanyahu, se ha encontrado durante su breve visita de este lunes con una recepción tan gélida como el desapacible día que hacía en Bruselas. De hecho, el caos provocado por la nevada que ha caído en la capital belga ha obligado a cancelar la reunión que el primer ministro israelí había concertado con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, para poder regresar a Israel. Y se ha marchado con las manos vacías. En un desayuno de trabajo, los ministros de Exteriores de los 28 han rechazado unánimemente la petición de Netanyahu de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, siguiendo los pasos del presidente estadounidense, Donald Trump. Y han criticado su política de asentamientos en los territorios ocupados palestinos.
"El primer ministro Netanyahu se ha dado cuenta al escuchar a los ministros que la UE mantiene una unidad plena sobre esta cuestión", ha resaltado la jefa de la diplomacia comunitaria, la italiana Federica Mogherini, al término del encuentro. Los europeos creen que el "gesto unilateral" de Trump sobre Jerusalén socava los intentos de reactivar el proceso de paz entre israelíes y palestinos y "corre el riesgo de atizar el fuego" en Oriente Próximo. "La única solución realista al conflicto entre Israel y Palestina se basa en dos Estados, con Jerusalén de capital tanto del Estado de Israel como del de Palestina", insiste Mogherini.
Incluso los aliados más cercanos de Estados Unidos dentro de la UE se han desmarcado de la iniciativa de Trump. "No estamos de acuerdo con el anuncio de que Jerusalén es la capital. En particular, porque Jerusalén está dividida entre el este y el oeste y Jerusalén Este claramente no es parte de Israel", ha espetado el ministro británico de Asuntos Europeos, Alan Duncan. "Es una decisión que no ayuda", reconoce el jefe de la diplomacia checa, Lubomir Zaoralek. Tras el anuncio de EEUU, el ministerio de Asuntos Exteriores checo dijo que estudiaría un traslado de su embajada desde Tel Aviv a Jerusalén. Pero más tarde matizó que sólo reconocía la soberanía de Israel sobre Jerusalén Oeste.
Al anunciar el pasado miércoles que reconocerá a Jerusalén como capital de Israel, Trump ha roto con décadas de consenso internacional según el cual el futuro de la ciudad debía resolverse en las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. Pero Bruselas no se resigna y no hará seguidismo de la política de hechos consumados de EEUU. "Continuaremos respetando el consenso internacional sobre Jerusalén hasta que el estatus final de la Ciudad Sagrada se resuelva a través de negociaciones directas entre las partes", ha insistido Mogherini.
La disputa por Jerusalén abre una nueva brecha entre la Unión Europea y los EEUU de Donald Trump. Tras una larga etapa de sintonía durante el mandato de Barack Obama, las políticas proteccionistas y unilaterales del antiguo magnate inmobiliario han deteriorado las relaciones transatlánticas. Trump ha cuestionado la utilidad de la OTAN, ha sacado a Estados Unidos del acuerdo de París de lucha contra el cambio climático y se ha desentendido del pacto nuclear con Irán. Durante las últimas semanas, los socios europeos han intentado disuadirle de su iniciativa sobre Jerusalén. Hasta el último minuto. El presidente francés, Emmanuel Macron, le llamó el lunes de la semana pasada para tratar de frenar el plan. Pero todos los esfuerzos han sido de nuevo en vano.
¿Puede reactivarse el proceso de paz?
Para Mogherini, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel "tiene un impacto potencial muy preocupante y podría llevarnos a tiempos aún más oscuros que los actuales". Un diagnóstico del que discrepa radicalmente Netanyahu. El gesto de EEUU es una precondición para la paz con los palestinos: Jerusalén es la capital de los judíos desde hace 3.000 años y ha ejercido como capital de facto de Israel en los últimos 70 años, ha sostenido durante el desayuno con los 28. "Lo que ha hecho el presidente Trump ha sido poner los hechos directamente sobre la mesa (...). Eso no impide la paz, hace la paz posible porque reconocer la realidad es el fundamento de la paz", alega el primer ministro israelí.
"Ha llegado el momento de que los palestinos reconozcan al Estado judío y el hecho de que tiene una capital que se llama Jerusalén. Yo creo que, aunque todavía no tenemos un acuerdo, esto es lo que ocurrirá en el futuro. Creo que todos o la mayoría de los países europeos trasladarán sus embajadas a Jerusalén, reconocerán Jerusalén como la capital de Israel", ha asegurado Netanyahu en Bruselas. Durante la reunión, el primer ministro israelí ha acusado a los europeos de "mimar" a los palestinos. "Los palestinos necesitan un baño de realidad. Hay que dejar de tolerárselo todo. Es la única manera de avanzar hacia la paz", ha explicado en su vuelo de regreso a Israel, según Reuters.
En cambio, Bruselas teme que la política de Trump, al posicionar a EEUU claramente del lado de Israel, le desacredite como mediador imparcial en un proceso de paz con los palestinos. Tanto la Autoridad Palestina como los países árabes, Turquía o Arabia Saudí han condenado el reconocimiento de Jerusalén. Mogherini ve imprescindible llenar cuanto antes ese "vacío" que deja la administración norteamericana con el fin de evitar que se impongan los más radicales de los dos bandos.
De hecho, la UE empieza a perder la paciencia con el plan de paz para Oriente Próximo que prepara el yerno de Trump, Jared Kushner, anunciado desde hace meses pero que nunca acaba de concretarse. Para la jefa de la diplomacia comunitaria, en contacto constante con Kushner, esta iniciativa carece de "horizonte" y de "marco" y no podrá prosperar sin la presencia activa de otros actores como la propia Unión, Egipto o Jordania.
¿Está la UE dispuesta a cubrir el hueco que deja Trump y asumir un papel protagonista? "Si la iniciativa americana no llega, sin duda sería necesario que la UE asuma la iniciativa", ha dicho el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian. "La UE debe jugar un papel más importante en el relanzamiento de una auténtica negociación. Somos el primer socio comercial de Israel y el primer contribuyente a la financiación de la Autoridad Palestina", coincide su homólogo belga, Didier Reynders.
Sin embargo, Mogherini quiere evitar una multiplicación de iniciativas de paz contradictorias. "No estamos trabajando en iniciativas específicas de la UE, tampoco estamos en una actitud de esperando a Godot, sino que estamos trabajando activamente con nuestros socios, incluyendo EEUU y los actores regionales, con un horizonte claro, que es el de dos Estados, y con un marco claro de negociaciones directas", ha explicado la jefa de la diplomacia europea. "Es la única opción realista y viable. No he oído de nadie nada mejor", sostiene.
Para el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel es una medida "contraproducente" que "no contribuye a la paz". "De ahí a decir que nos vamos a poner en el lugar de EEUU y tomar iniciativas, yo creo que eso hoy en día no es realista. Lo que queremos es animar a EEUU a poner sobre la mesa ese plan (de paz) cuanto antes", ha explicado.
Lo único que está claro es que de momento ningún país de la UE va a seguir los pasos de EEUU y reconocer a Jerusalén como capital de Israel como pide Netanyahu. "Sé que el primer ministro Netanyahu ha dicho un par de veces que espera que otros sigan la decisión de Trump de trasladar la embajada a Jerusalén. Puede mantener sus esperanzas para otros, porque los Estados miembros de la UE no van a realizar este movimiento", ha zanjado Mogherini. Para su próxima reunión de enero, los ministros de Exteriores de los 28 han invitado al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.