Tres meses y medio después de las elecciones generales, los hipotéticos socios que tienen como misión desbloquear la situación y formar un Gobierno para Alemania afrontan una semana clave de diálogo para reeditar la gran coalición.
El pacto entre los conservadores de Angela Merkel y los socialdemócratas de Martin Schulz es la única opción que le queda a la canciller para repetir mandato. Este mismo domingo ya se han reunido ambas partes para arrancar esta nueva etapa de negociaciones. La primera de las medidas sobre la mesa es un pacto de silencio entre ambas partes.
Según el 'Spiegel' los máximos responsables de las negociaciones en cada partido creen que la mejor manera de evitar que las conversaciones vuelvan a un punto muerto es evitar a toda costa las filtraciones. Por lo tanto, han acordado un apagón informativo sobre el transcurso del diálogo para formar un nuevo Gobierno.
La ronda de contactos de noviembre no llegó a buen puerto debido a las constantes filtraciones a la prensa por parte de los políticos. Esta medida trata en primer lugar de restablecer la confianza entre Merkel y Schulz, dos líderes políticos condenados a entenderse.
Lo que ha arrancado este domingo es la primera jornada de reuniones de "sondeo", en las que conservadores y socialdemócratas analizarán, tema a tema y hasta el viernes, si pueden volver a gobernar juntos.
El popular diario "Bild" advierte de que, además del futuro gobierno, se negociará el porvenir político de los tres principales dirigentes asistentes a la cita: Merkel, de la Unión Cristianodemócrata (CDU); el líder del Partido Socialdemócrata, Martin Schulz, y el primer ministro bávaro, Horst Seehofer, aliado conservador de la canciller y defensor de un giro a la derecha.
La decisión de Shulz
"Si esto acaba mal, mi carrera política está acabada", ha llegado a decir Schulz, según "Bild".
Tras fracasar su intento de formar una alianza con liberales y verdes, el bloque conservador descarta un gobierno en minoría y considera que sólo la gran coalición daría a Alemania la estabilidad que necesita el país, y también Europa.
Todas las miradas están puestas en Schulz, quien tras los malos resultados electorales decidió pasar a la oposición y se abrió después a dialogar antes las presiones recibidas, desde el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, al jefe de Estado francés, Emmanuel Macron.
Diversos sectores del partido se oponen a la gran coalición, con especial virulencia las juventudes socialdemócratas, y se ha creado ya una plataforma para movilizar a quienes rechazan volver a aliarse con los conservadores.
Si las conversaciones marchan bien, Schulz tendrá que convencerlos, ya que para pasar de las reuniones de "sondeo" a las "negociaciones" finales, en las que se debería diseñar un programa de gobierno, se ha convocado un congreso extraordinario del partido.
Superada esa cita, en Bonn el 21 de enero, quedará un último examen, ya que la dirección del SPD decidió que cualquier acuerdo de coalición con Merkel se someterá finalmente al voto de los militantes.
Política de asilo
Uno de los puntos más conflictivos será previsiblemente la política de asilo, ante la pretensión de los conservadores bávaros, aliados de Merkel, de recortar las prestaciones a los solicitantes de refugio, mantener las restricciones a la reagrupación familiar, agilizar las expulsiones y estandarizar pruebas para comprobar la edad de quienes se presentan como menores.
Llegar a un acuerdo, en opinión del líder parlamentario de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Alexander Dobrindt, dependerá de si buena parte del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) está dispuesta a "dejar de estar de morros" y asumir su responsabilidad.
"Espero que el SPD esté dispuesto a acordar un programa con nosotros", insistió Dobrindt en la clausura de la convención celebrada por los conservadores bávaros en el convento de Seeon.
Desde las filas socialdemócratas, el todavía ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, que dejó el liderazgo del partido en manos de Schulz a principios del año pasado, afirmó que todas las partes son conscientes de los retos que afrontan Alemania y Europa.