Significativo avance en las negociaciones para formar Gobierno en Alemania. Tras más de 20 horas de maratonianas reuniones, la CDU de Merkel y el SPD de Schulz han alcanzado este viernes un principio de acuerdo que sienta las bases de negociación para cerrar un acuerdo y reeditar la gran coalición.
Esta fórmula de Gobierno permitirá a Angela Merkel retener su cargo como canciller.
Los grupos negociadores de cada parte analizan ahora en la sede del Partido Socialdemócrata (SPD) un largo documento antes de dar el visto bueno definitivo, después de superar múltiples discrepancias en cuestiones como la política fiscal y migratoria.
Las tres formaciones recomendarán el inicio de negociaciones, tras alcanzar un acuerdo "sólido y serio", capaz de garantizar la "gobernabilidad del país" durante toda la legislatura, indicó la líder del bloque conservador, en una comparecencia con Schulz y el jefe de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer.
El preacuerdo alcanzado es, según la canciller, un texto "no superficial, basado en la idea de "dar y recibir" que refleja el compromiso de las partes de trabajar para crear las condiciones para que también "dentro de diez y de quince años se siga viviendo bien en Alemania".
"Nuevo impulso a Europa"
En ese sentido, habló de las inversiones en ámbitos como la digitalización, la educación y la seguridad.
Recordó también que "Alemania tiene su responsabilidad en el mundo" y subrayó la necesidad de dar "un nuevo impulso para Europa", que se logrará, dijo, de la mano de Francia.
Tanto Merkel como Schulz admitieron que en la negociación hubo "momentos turbulentos", pero aseguraron que nunca llegó "al borde del fracaso", puesto que compartían el "objetivo común" y la voluntad de alcanzar un acuerdo.
Schulz insistió en que dominó el "espíritu de juego limpio", en unas negociaciones que calificó de "largas, duras, emocionantes, interesantes, turbulentas y basadas en el respeto mutuo".
El líder socialdemócrata afirmó que los resultados alcanzados en las negociaciones son "excelentes" y aseguró que los acuerdos reflejados en el documento no son sólo "retórica".
Para Schulz, el aspecto fundamental es que se logró poner el acento necesario en el término "empuje para Europa", reflejo del "sentido de la responsabilidad de Alemania" y apoyo a la línea marcada por el presidente francés, Emmanuel Macron.
Seehofer, cuya formación insistía en dar un giro derechista a la política migratoria, destacó asimismo el "excelente resultado obtenido" y el "equilibrio logrado" entre los aspectos sociales, entre ellos el apartado correspondiente a las jubilaciones.
El preacuerdo prevé aspectos como la limitación de la llegada de refugiados a 200.000 por año, así como la restricción del derecho a la reagrupación familiar a 1.000 personas al mes, dos aspectos que llevan el sello de la CSU.
Ley del silencio
La consigna de la discreción se ha mantenido casi sin fisuras desde el domingo, cuando comenzó la ronda de reuniones de "sondeo" para analizar la posibilidad de reeditar la gran coalición, tres meses y medio después de las elecciones.
Los escasos acuerdos que han llegado hasta los medios, sobre un margen de gasto de 45.000 millones de euros para esta legislatura o sobre política medioambiental, no han tenido confirmación oficial, ya que, según distintos dirigentes, "nada está acordado hasta que todo esté acordado".
Las propuestas del SPD pueden costar más del doble del margen citado y al supuesto acuerdo para subir la tarifa impositiva máxima del 42 % actual al 45 % los socialdemócratas quieren sumar cambios en el denominado "impuesto para ricos" que grava las grandes rentas, en lo que tampoco habría acuerdo.
Según medios alemanes, persisten al parecer también los disensos en política migratoria y en las restricciones impuestas en 2016 a la reagrupación familiar de los refugiados, que deberían levantarse en marzo y que quiere mantener el ala más derechista de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y su partido hermanado la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU).
Al comenzar la reunión, tanto Merkel como Schulz reconocieron que existían todavía "grandes escollos" para el acuerdo, pero se mostraron dispuestos a negociar hasta el final un preacuerdo que sirva de base formar una nueva gran coalición.
Tras fracasar las conversaciones que la canciller mantuvo tras las elecciones con liberales y verdes, sólo esa fórmula le daría el gobierno estable que desea y permitiría evitar la repetición de las elecciones.