No duró mucho la doble vida de Nikolai. Por las mañanas, este hombre de 37 años daba clases de educación física, inglés y música en la Vineta Grundschule, un centro de educación primaria al norte de Berlín. En los últimos meses, al salir del colegio, protagonizaba vídeos como youtuber. En ellos, se alejaba a más no poder de la “neutralidad política” que mandan las cuatro paredes de las aulas de su colegio. En esos vídeos dejaba claro que se había radicalizado. Era una suerte de promotor mediático de ideas de ultraderecha y teorías de la conspiración.
En YouTube, Nikolai se hacía llamar “el profesor del pueblo” y decía cosas como “el NPD es un partido al que se puede votar”, aludiendo al Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD), más conocido en el país de Angela Merkel como el partido 'neonazi'. Ese mensaje no era, ni de lejos, el más polémico. De su trabajo como youtuber y figura pública salen afirmaciones negacionistas como aquella de la pancarta que levantaba en la céntrica Alexanderplatz en la que se leía: “La historia del Holocausto es una historia llena de mentiras”.
Nikolai ya no daba clases en la Vineta Grundschule al comenzar esta semana. El Ministerio de Educación, Juventud y Familia de la ciudad-estado de Berlín lo había suspendido desde el lunes al tener constancia de las informaciones publicadas por el diario berlinés Der Tagesspiegel. En ella se daba cuenta de que había sido denunciado por las autoridades por un supuesto delito de incitación al odio.
Además, según recogen los medios alemanes, existe la sospecha de que esté relacionado con el Movimiento Ciudadanos del Reich, un heterogéneo conjunto de grupos e individuos de extrema derecha. A sus miembros les une el denegar la legitimidad de República Federal de Alemania, oponerse a la división de poderes, ser tan racistas como nacionalistas y, en ocasiones, hacer uso de la violencia.
Así, el pasado mes de octubre era condenado a perpetuidad un hombre de 50 años miembro de ese colectivo en Núrenberg (sur germano) por disparar con un arma de fuego sobre un equipo de las fuerzas especiales de la policía que irrumpió en su casa para hacer un registro. Mató a una agente e hirió a otros dos. Pese a los disparos, no evitó su detención ni que se incautaran en su casa un arsenal compuesto por una treintena de armas.
Las sospechas sobre la pertenencia de Nikolai a este movimiento son cosa seria. Por eso recibe con semblante serio a EL ESPAÑOL Harry Konnecker, director de la Vineta Grundschule. “Sabíamos de la situación que nuestro colega de trabajo”, dice Konnecker, refiriéndose a la condición de controvertido youtuber del “maestro del pueblo”. “El problema es que mostraba sus opiniones fuera de sus horas de servicio en el canal de YouTube, pero aquí, en la escuela, siempre respetó la necesaria neutralidad política del establecimiento”, explica. Konnecker subraya que, como profesor contratado, Nikolai tenía el derecho de estar sólo con los alumnos a la hora de dar clase.
Desde el lunes, el director de la escuela lucha por mantener la normalidad en el establecimiento. Los profesores de esta escuela no hablan de su ex compañero. “No puedo hablar”, dice a EL ESPAÑOL otro empleado de la Vineta Grundschule al tiempo que pedalea sobre su bicicleta para alejarse rápido de la escuela.
A pie sale de la escuela Jochen Uhländer, trabajador social del Centro Olof Palme, un espacio multiusos para niños y adolescentes situado justo al lado de la Vineta Grundschule. “Nikolai no podía ser a la vez maestro aquí y el 'maestro del pueblo' en Youtube, no puede venir aquí a dar clases y dejar esos vídeos para que luego los vean sus compañeros de trabajo o alumnos en Internet”, subraya Uhländer. Para él, lo problemático de esos vídeos del autoproclamado “maestro del pueblo” es que “parece que lo que dice no se puede discutir”. Y tanto.
Contra Merkel, “la canciller de las élites financieras”
En varios de esos vídeos, se ve al ahora maestro suspendido por las autoridades reventar actos públicos de altos cargos políticos. Entre sus víctimas figura la canciller Angela Merkel. En un vídeo del pasado mes de octubre, Nikolai tuvo que ser expulsado de un acto en la que la todavía jefa del Gobierno en funciones alemana es interrumpida por el maestro al grito de “¡Merkel haz algo que haga bien al país!”.
“Soy profesor de una escuela de primaria y este año ni entrará ni un solo niño alemán. ¡Qué pasa aquí!. ¡Ha dejado venir a los refugiados que no tienen derecho a venir!”, prosigue el youtuber. En las imágenes se observa a una Merkel, frente al público, moverse visiblemente incómoda. Rápidamente la grabación empieza a agitarse, seguramente porque Nikolai estaba siendo expulsado del evento que protagonizaba la canciller.
Nikolai, antes de dejar de grabar llama al pueblo alemán a la autodefensa. “¡El artículo 20 de la constitución reconoce el derecho de la autodefensa!¡Pido al pueblo alemán que utilice ese derecho a la autodefensa!”, grita el youtuber, que concluye: “¡Esta canciller no es una canciller el pueblo, está al servicio de las élites financieras!”.
Más llamativa aún fue la ocasión en la que “el maestro del pueblo” se manifestó en la retransmisión de la cadena pública ZDF de uno de los actos en Berlín relacionados con la celebración del Día de la Iglesia Evangélica Alemana. Ese encuentro, que reunía para hablar de sociedad y religión a reconocidas figuras públicas, incluido el ministro del Interior, Thomas de Maizière, estuvo marcado por un minuto de silencio en homenaje a los inmigrantes fallecidos en su camino a Europa.
Ante una sala repleta de gente, que estaba de pie y guardaba un solemne silencio, Nikolai comenzó a gritar: “¡Yo no guardo un minuto de silencio!¡Lo que está pasando es injusto y una hipocresía!”. Pese a que en la sala pedían silencio, el “maestro del pueblo” seguía a lo suyo: “La acogida de los refugiados en Alemania va en contra de la Constitución”.
Amigo de las teorías de la conspiración
También con Thomas de Maizière como víctima dejó Nikolai un revelador suceso el pasado mes de septiembre, según recogen estos días los medios de comunicación alemanes. Al ministro del Interior tuvo la ocasión de preguntarle en una de sus acciones: “¿De verdad cree usted que los ataques del 11 de Septiembre [de 2011, ndlr.] los organizó Osama Bin Laden?”. Visiblemente amigo de varias teorías conspirativas, a Nikolai no sólo le preocupa la abundante presencia de niños inmigrantes o con orígenes inmigrantes en su escuela, lo que el llama “mentiras” del Holocausto o la “anticonstitucional” política de asilo del Gobierno alemán.
Antes de formar parte del equipo docente de la Vineta Grundschule, “el maestro del pueblo” alemán fue profesor en otra escuela de primaria del norte de Berlin, la Brüder Grim Grundschule. A la dirección del establecimiento llegaron quejas de los padres de algunos alumnos. “El maestro del pueblo” enseñó en una de sus clases un vídeos de, cuanto menos, cuestionable credibilidad. Aquello le costó el puesto.
“N. [como ha trascendido el apellido del maestro y youtuber en Alemania, ndlr.] sostiene que no hablaba de los temas [de los videos] en clase. Pero algunos escolares se interesaban por la política y preguntaban su opinión sobre la canciller. Sobre eso él hablaba de manera muy restringida”, cuenta Der Tagesspiegel sobre los días de Nikolai en su anterior escuela. Sin embargo, según las informaciones de dicho periódico, “uno de cada cinco escolares de cada clase sabían quiénes eran los Illuminati”.
Existen no pocas teorías conspirativas que sitúan a esa sociedad secreta con orígenes en la Baviera del siglo XVIII como una suerte de poder internacional en la sombra. “El maestro del pueblo” se manifiesta especialmente sensible con el tema de la influencia de los Illuminati en alguno de sus vídeos.
Konnecker, director de la Vineta Grundschule, conviene en afirmar que Nikolai llegó a su escuela como si se tratara de una “segunda oportunidad” profesional después de que tuviera que abandonar la Brüder Grim Grundschule hace apenas dos años. “Sus opiniones políticas no debían tener cabida en la clase y así estaba siendo, según lo que nosotros observamos”, sostiene Konnecker. Pero la doble vida de Nikolai se hizo insostenible. La voz de “el maestro del pueblo” era cada vez más fuerte, y su mensaje demasiado estridente.