Reino Unido todavía está a tiempo de dar marcha atrás en su decisión de salir de la Unión Europea. Si los británicos cambian de idea y deciden finalmente quedarse, la UE les acogerá con los brazos abiertos, según han dicho este martes los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión, Jean-Claude Juncker, durante un debate en la Eurocámara. Un guiño que adquiere especial relevancia después de que incluso el eurófobo Nigel Farage se haya mostrado favorable a un segundo referéndum para "enterrar el asunto".
"Si el Gobierno británico se ratifica en su decisión de marcharse, el brexit será una realidad -con todas sus consecuencias negativas- en marzo del próximo año. A menos que haya un cambio de opinión entre nuestros amigos británicos", ha señalado Tusk durante su intervención ante el pleno para dar cuenta de los resultados de la última cumbre europea, en la que se aprobó pasar a la segunda fase del brexit.
"Nosotros, aquí en el continente, no hemos cambiado de opinión. Nuestros corazones siguen abiertos para vosotros", ha subrayado el presidente del Consejo Europeo dirigiéndose a los británicos en un lenguaje poético poco habitual en él que después ha retomado en Twitter. Como argumento de autoridad, ha citado unas palabras del propio negociador británico para el brexit, David Davis: "Si una democracia no puede cambiar de opinión, deja de ser una democracia".
Minutos después, Juncker aprovechaba también el debate en la Eurocámara para hacer suya la oferta de Tusk a los británicos. "Nuestra puerta permanece abierta y espero que esto se escuche claramente en Londres", ha asegurado el presidente de la Comisión.
May reitera que Reino Unido se irá
A esta mano tendida de los dirigentes europeos, la primera ministra británica, Theresa May, replica que Reino Unido se marchará tal y como está previsto. "Creo que hemos sido absolutamente claros, el pueblo británico votó dejar la UE y eso es lo que vamos a hacer", ha dicho este martes el portavoz de May al ser interrogado por las palabras de Tusk.
Lo cierto es que las declaraciones de Farage han dado munición a los políticos británicos que piden un segundo referéndum cuando se conozca el acuerdo del brexit, como el exprimer ministro laborista Tony Blair o el antiguo viceprimer ministro liberal, Nick Clegg. "Donald Tusk tiene razón. El mundo ha cambiado desde junio de 2016. Los partidarios del brexit no paran de hablar de libertad, pero la mayor de las libertades es la libertad de cambiar de opinión", ha escrito Clegg en Twitter.
Según la interpretación de Bruselas, la activación del artículo 50 del Tratado, que desencadena una cuenta atrás de dos años hasta el brexit, es irreversible. Como May lo puso en marcha el 29 de marzo de 2017, la salida de Reino Unido de la UE se materializará el 30 de marzo de 2019. Sólo una decisión unánime de los 27 podría parar el reloj. Las palabras de Tusk y Juncker dejan claro que los dirigentes europeos están más que dispuestos a revertir el brexit si Londres lo pide.